La expectativa que se habían formado los responsables del área social de la ciudad que asistieron ayer a la quinta de Olivos se desmoronó parcialmente cuando escucharon de boca de la primera dama, Hilda González de Duhalde, cuál sería el manejo distributivo de la ayuda a través del organismo que se creará tras la fusión de los ministerios involucrados en la temática.
La política asistencial para las provincias y la Ciudad Autónoma, partirá de un coeficiente entre el índice de coparticipación en un 60% y el índice de pobreza en el 40% restante, tomado éste del censo de 1991 lo que provocó el disgusto de más uno de los presentes que recordaban aquella situación como muy diferente a la actual.La ciudad como se sabe no recibe coparticipación si no una suma fija por otros conceptos y tiene un índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI) del 11% y otro 5% que está en el borde.
La cuestión es que del millón de empleos a crearse a la ciudad de Buenos Aires le tocarían alrededor del 0.9% o sea 9000 planes de 200 pesos, de los cuáles ya 5000 recalaron (de la gestión Rodríguez Saá) en la secretaría de Eduardo Hecker para las oficinas de intermediación laboral, algo así como una bolsa de trabajo porteña, para trabajos en la ciudad que son adjudicados a empresas privadas. Y de los 350 millones de ayuda alimentaria quedarían de éste lado de la General Paz aproximadamente 3,37 millones.
Más allá de lo que llega del Gobierno Nacional, el gobierno de la ciudad viene amagando hace rato con un gabinete social que optimice planes y recursos, pero que todavía no se ha conformado y eso va en desmedro de una corecta asistencia por la superposición de programas. La Legislatura a su vez, votará seguramente en la sesión del 24 del corriente, un subsidio a jefes de hogares desocupados para lo cuál hubo y hay arduas negociaciones entre oficialismo y oposición por el momento económico por el que atraviesa la comuna.
En la secretaría de Promoción Social están trabajando en la implementación del Vale Ciudad que permitiría a gente de escasos o nulos recursos poder comprar bienes en el mercado, pero falta para ello terminar de confeccionar definitivamente el registro de beneficiarios, tarea complicada por la descentralización actual de la asistencia.
