El negocio del tango mueve alrededor de 200 millones de dólares anuales en todo el mundo, de los cuales solamente 10 millones quedan en la Ciudad de Buenos Aires, la cuna del tango. Si a esto se le suma que las previsiones económicas prevén que en 7 años esa facturación ascenderá a los 500 millones de dólares, entonces la Ciudad está dejando pasar una gran oportunidad.
Quizá inspirado en esas cifras que pertenecen a estudios realizados en el Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano porteño, el legislador porteño Miguel Doy (Forja 2001) presentó recientemente en la Legislatura un proyecto de ley que propone la creación de las Embajadas del Tango, una suerte de delegaciones culturales que difundan el género fuera del país y generen ingresos para la Ciudad.
Según el proyecto, las Embajadas serían espacios instalados en puntos turísticos del mundo, que desarrollarían actividades y espectáculos educativos, artísticos y culturales relacionados al tango.
Estas consistirían desde dictar clases de baile, fileteado o de lunfardo, hasta ofrecer a la venta productos y artesanías como zapatos de baile, indumentaria, discos, libros o joyas -todo de producción nacional y con certificados de calidad del Gobierno dela Ciudad-.
"La meta es convertir a la Ciudad en la dueña del producto Tango", sintetizó Doy en el proyecto. Esto significa "poner en valor el recurso tango, para que la Ciudad incremente el actual 5 por ciento de su participación en el negocio mundial del tango hasta alcanzar un 20 por ciento del mercado, cifra que rondaría los 40 millones de dólares anuales", argumentó el legislador.
A su vez, esos valores incrementarían la oferta de trabajo para artistas, artesanos y otros sectores vinculados en un 25 por ciento, e incrementarían en un 15 por ciento la venta de productos asociados al tango, indicó Doy, quien apuntó además que el proyecto está pensado como un emprendimiento mixto entre el sector público y privado. A tal efecto -reza el proyecto-, el Poder Ejecutivo de la Ciudad otorgaría las Embajadas del Tango por el sistema de contratación.
Si bien por ahora la creación de las Embajadas del Tango son solamente un proyecto, éste se encuentra enmarcado dentro de una serie de emprendimientos que lleva adelante el Gobierno porteño destinados a "vender turísticamente a la Ciudad en el exterior", según definieron en su momento fuentes oficiales.
Como bien puntualiza el proyecto de Doy, el objetivo de la creación de las Embajadas del Tango es promocionar el género del dos por cuatro en el exterior como "el bien cultural por excelencia" de Buenos Aires, generar una identidad para la Ciudad y obtener de ello importantes beneficios turísticos que se traduzcan en beneficios económicos para la Capital.