“Los argentinos volvieron a confiar en el país” fue la frase que eligió el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como preludio naturalmente festivo a las cifras finales del blanqueo de capitales que impulsó Cambiemos. La cifra, en sí misma y en comparación con casos anteriores, es elocuente: se exteriorizaron 116.800 millones de dólares, bastante más que los 4.692 millones de dólares de la amnistía del año 2009 y de los casi 2.600 millones de dólares del perdón fiscal correspondiente al período 2013-2015. Del total de esta edición, un 80 por ciento se blanqueó en el exterior y un 20 por ciento a nivel local.
Este volumen es, para el Gobierno, uno de los datos políticos más importantes desde el inicio mismo de la gestión. Y le otorgan un poco de oxígeno para cumplir con el pago de la Reparación Histórica a los jubilados, dado que es ése el destino de los recaudado no sólo en concepto de exteriorización sino a nivel de impuestos cobrados por deudas regularizadas.
El funcionario nacional estuvo acompañado por el titular de la AFIP, Alberto Abad, uno de los filo funcionarios más apreciados por Mauricio Macri por su carácter operativo en buena parte de las cuestiones que afectan hoy a la economía. En el desglose de las cifras y sus características, el recaudador utilizó una figura concreta para mostrar la importancia que tuvo dentro del blanqueo el tema inmuebles. “Es como si todos estuviéramos en una habitación a oscuras y, de repente, sale el sol y crecen de la nada 220 countries con 500 casas cada uno”, ejemplificó. Del total, 20.500 millones de dólares fueron inmuebles (17 por ciento), con una particularidad: sobre las 167 mil unidades, el 66 por ciento (110 mil) estaba en Argentina y lo restante (57 mil unidades) dividido en Uruguay (49 por ciento), Estados Unidos (37 por ciento) y Brasil (4 por ciento). El resto de la torta de dinero blanqueado fue a inversiones (48 por ciento), cuentas especiales con dinero del colchón (29 por ciento) y otros.
En paralelo, los funcionarios comunicaron que también se blanquearon autos, aeronaves, joyas, embarcaciones, obras de arte y metales preciosos. Lo de las viviendas y los autos no es un dato menor, ya que han sido los dos rubros de la economía que mejor rendimiento han tenido. De todos modos, es difícil precisar cuántas escrituras se hicieron para blanquear y cuántos coches cero kilómetro se compraron con el mismo objetivo. Pero sí hay indicios que muestran que la injerencia fue relevante. Es que un dato clave del blanqueo es que casi todos los que entraron fueron personas físicas. Teniendo en cuenta los CUITS (254.700), el 96 por ciento correspondió a seres humanos y el 4 por ciento a Personas Jurídicas, de allí la prevalencia de inmuebles y dinero bajo el colchón que fue a cuentas abiertas especialmente por los bancos para la ocasión.