Parece una clara devolución de favores. Los datos son concretos, si Lula competía electoralmente y no estaba preso, difícilmente Jair Bolsonaro hubiera llegado a la presidencia de Brasil. Todas las encuestas daban ganador al lider del Partido de los Trabajadores (PT). Y el juez que metió preso a Lula fue Sergio Moro, que ahora fue nombrado por Bolsonaro nuevo Ministro de Jutsicia.
El juez, impulsor del Lava Jato y del caso que envió al expresidente Lula da Silva a la cárcel, se reunió con el mandatario electo en Río de Janeiro. Dijo que establecerá una agenda de lucha anticorrupción,
El vicepresidente electo, Hamilton Mourão, dijo que los contactos con Moro se dieron durante la campaña electoral.
En una entrevista concedida la víspera, Bolsonaro había dicho que pensaba en Moro como su ministro de Justicia o como uno de los once magistrados que integran el Supremo, aunque la primera vacante en la máxima corte del país tan solo se abriría en 2020.
El magistrado dijo sentirse “honrado” con la invitación realizada por Bolsonaro. El mismo jueves, en una entrevista otorgada de manera conjunta a varios medios brasileños, Bolsonaro aseguró que con la aceptación del cargo “Moro está yendo a la guerra sin miedo de morir”, y que su gobierno le dará “libertad total para actuar”.
Apenas consumado el resultado electoral del domingo pasado en que Brasil eleigió a Bolsonaro como presidente, Moro felicitó al capitán en la reserva del Ejército por su triunfo en los comicios, le deseó un “buen gobierno” y destacó la importancia de realizar “reformas para recuperar la economía y la integridad de la administración pública”.