La paralización de la actividad económica que se produjo a partir de las políticas aplicadas desde 2017 en adelante se vio seriamente agravada desde la aparición del huracán Covid-19, que afectó además la recaudación de las tasas y tributos que el Estado debe distribuir entre las provincias.
No sólo disminuyeron los montos recaudados, sino que los plazos de entrega de éstos a sus beneficiarios tampoco fueron cumplidos. Así, el problema se agravó doblemente, ya que estos fondos significan, en promedio, el 71,3 por ciento de los ingresos provinciales.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina da cuenta de que en septiembre se registró por segundo mes consecutivo, un crecimiento en la recaudación, en esta ocasión del 3,5 por ciento, medido de manera interanual.
Los economistas del CEPA lo relacionaron con tres factores principales: el crecimiento en la percepción del Impuesto a las Ganancias; la disminución en la caída del IVA y el incremento del Impuesto a los Bienes Personales.
Uno de los autores del trabajo, Luciano Foggia, expresó a Noticias Urbanas que “la recaudación del IVA en Septiembre cayó un 12 por ciento interanual, acompañando la caída de casi todos los impuestos que se produjo desde marzo, porque hasta entonces todos ellos se habían mantenido en los promedios esperables”.
Luego, el economista de CEPA declaró que “por el contrario, Ganancias creció en el mismo mes de septiembre un 4,7 por ciento interanual, a causa del incremento de la actividad económica”, lo que resulta de fundamental importancia, “porque Ganancias e IVA significan el 86 por ciento de la recaudación, seguidos por Bienes Personales”.
Según Foggia, otras razones se deben a que “desde enero se redujo, por distintas razones, la inflación. Además –puntualizaó- otro punto de importancia fue la recuperación de la actividad económica que se produjo en agosto y septiembre”.
El economista agregó que también existen decisiones políticas que coadyuvaron a la mejora, “que tienen que ver con los subsidios de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y al Ingreso Familiar de Emergencia, porque estas medidas son muy importantes en especial por lo que vendrá. Sería muy difícil encarar la recuperación después de la pandemia sin la ayuda actual del Estado, porque si no todo sería mucho peor. La mitigación del daño que suponen estas ayudas redujeron ya –y lo seguirán haciendo, mientras se mantengan- el doloroso impacto de la crisis”.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina da cuenta de que en septiembre se registró por segundo mes consecutivo, un crecimiento en la recaudación, en esta ocasión del 3,5 por ciento, medido de manera interanual. El CEPA lo relacionó con el crecimiento en la percepción del Impuesto a las Ganancias; la disminución en la caída del IVA y el incremento del Impuesto a los Bienes Personales.
Lo que pasó con las provincias
Hasta mayo se había observado el duro impacto del parate provocado por las medidas anti-pandemia. La recaudación cayó un 11,4 por ciento en mayo, un 17,9 en abril y el 25,8 en mayo. Luego, en junio y julio se desaceleró la caída, que fue del 11,6 el primer mes y 14,1 el segundo.
En agosto se pudo ver una vuelta a los niveles de recaudación previos a la aparición del Covid-19. En este período crecieron también las transferencias a las provincias en un 1,8 por ciento en términos reales interanuales. Esto se produjo por el atraso en el vencimiento de Bienes Personales.
Septiembre fue también el segundo mes en el que se incrementaron las transferencias a las provincias, que llegaron al 3,7 por ciento por ciento, después de haber caído en un 11,5 en marzo; un 18,7 en abril; un 26,1 en mayo; un 12,3 en junio; un 14,3 en julio y un 1,7 en agosto.
Se observó, paralelamente, que la recaudación interanual tiene dos extremos: un 29,3 de caída en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un 6,9 por ciento de recuperación en la Provincia de Buenos Aires. Ambas variaciones son hijas de la misma razón: la modificación de los porcentajes que decidió el Gobierno nacional, vinculada con el costo de manutención de la policía y los bomberos.
La caída del 12,3 en la percepción del IVA muestra un regreso a los niveles de marzo –que disminuyó un 13,5 por ciento-, que fue el primer mes que fue afectado por la aparición de la pandemia. Septiembre, por otra parte, obtuvo el mejor registro desde la gran caída de mayo –del 34,2 por ciento-, lo que significa un indicador muy preciso de la evolución del consumo en ambos meses.
Ganancias, en cambio mostró en septiembre la mejor performance del último año. En términos reales, se incrementó un 4,7 por ciento interanual.
Paralelamente, las transferencias a las provincias en agosto y septiembre superaron a la inflación, pero en ambos meses cayeron los recursos por IVA y sólo en agosto cayeron los de Ganancias. Hay que recordar que estas son las dos principales fuentes de ingresos. Esto se debió al incremento en Bienes Personales, que se percibieron en agosto y septiembre.
De todos modos, el Gobierno impulsó tres líneas de transferencia para reducir el impacto negativo de la crisis por el Covid-19, que significaron $190.935 millones adicionales, una cifra muy grande.
Estas tres líneas tienen que ver, en primer término, con el Decreto N° 352/20, por el que se redestinaron $60 mil millones más en Aportes del Tesoro Nacional y otros $60 mil millones para incrementar el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.
Además, se modificó el Presupuesto para aumentar los Programas de Asistencia Financiera a Provincias y Municipio en otros $60 mil millones. También se incrementó sensiblemente la partida Relaciones con Provincias y Desarrollo Regional y Asistencia a Gobiernos Subnacionales, que distribuye el Ministerio del Interior. Antes, era de $5.526 millones y pasó ahora a $74.828 millones.
En relación con los recursos por Coparticipación Federal, el promedio de la asistencia financiera por las cajas previsionales y los convenios específicos con las provincias fue del 18 por ciento del total en el primer semestre de este año.
A todo lo mencionado hay que agregar las medidas que tomó el Gobierno para salvaguardar el empleo y los ingresos de los sectores más vulnerables, que impactaron seriamente en el sostén de las economías provinciales.
Los Programas de Asistencia al Trabajo y la Producción, el Ingreso Familiar de Emergencia y los refuerzos para las tarjetas alimentarias, las asignaciones familiares, el crecimiento de la AUH y las jubilaciones, los créditos a tasa cero y los de tasa anual del 24 por ciento ascendieron a $410.276 millones, redondeando una suma poderosa.
Es necesario destacar que los ingresos provinciales se basan en dos fuentes: los recursos propios (Ingresos Brutos, Inmobiliario, Automotor y Sellos) y los obtenidos por Coparticipación Federal.
Hay algunas provincias que sostienen un alto nivel de dependencia de los recursos coparticipables, como Formosa (93%), La Rioja (91%), Catamarca (90%), Chaco (87%), Jujuy (87%) y San Juan (85%), mientras que en el otro extremo figura la Ciudad de Buenos Aires (27%), cuya recaudación por recursos propios es mucho mayor, aunque con la salvedad de que obtiene recursos de las empresas cuyas sedes centrales se encuentran radicadas en su jurisdicción, pero comercializan sus productos en todo el país.