El Gobierno nacional anunció, a través del secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, Adrán Pérez, que insistirá con la implementación de una Reforma Política que incluye la utilización de la Boleta Única Electrónica (BUE), un sistema que fue usado y desachado en varios países del mundo -entre otros, en Holanda, Reino Unido, Irlanda, Alemania y Finlandia- a causa de los problemas que existen para dotarlo de normas de seguridad sustentables.
Existen cientos de razones valederas que avalan la utilización de los sistemas del tradicional voto en papel. Por de pronto, el dos de febrero, el ministro del Interior holandés, Richard Plasterk, adelantó que en las elecciones que se realizarán el 15 de marzo en su país, se volverá a utilizar el sistema de recuento manual de votos, ante el temor algo paranoico que reina en Amsterdam por la posibilidad de ciberataques rusos.
“No puedo descartar que los actores estatales puedan intentar influir en las decisiones políticas y la opinión pública” en Holanda, justificó Plasterk ante el Parlamento holandés, en una comunicación en la que anunciaba la vuelta al sistema de recuento manual de votos.
Para Plasterk, el sistema es “vulnerable” a los ataques informáticos, por lo que esta situación “plantea preguntas sobre si las próximas elecciones podrían ser manipuladas”. Aunque reconoció que el sistema de recuento manual es más lento, al mismo tiempo es “más seguro” y por eso fue el elegido para ser utilizado, justificó el funcionario.
Paralelamente, en dos importantes eventos desarrollados a fines del año pasado -el nueve de septiembre y el 28 de octubre-, uno de ellos en el Pabellón 1 de la Ciudad Universitaria y el otro en el Centro Cultural Jorge Luis Borges, hubo unanimidad entre los expertos para cuestionar el sistema, en especial en sus aspectos de seguridad.
En los momentos en que se realizó la conferencia de prensa en la Ciudad Universitaria, se discutía en el Congreso la Reforma Política. Por eso, en ella los expertos del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires manifestaron su oposición al voto electrónico.
Los impulsores de la iniciativa señalaron en una carta pùblicada en la web que, si bien consideraban que la tecnología “tiene mucho para aportar a la sociedad”, también conocen sus “limitaciones”. “Por eso somos conscientes de que es prácticamente imposible construir sistemas que brinden máximas garantías de inviolabilidad como las que requiere un sistema de votación, se preocuparon.
“El proyecto de ley actualmente en debate en el Congreso de la Nación pena con años de cárcel el estudio o análisis de estos sistemas para encontrar vulnerabilidades, paso sin el cual no es posible mejorar ninguna implementación. De ser aprobada esta ley no tendremos posibilidad de investigar su funcionamiento y podríamos llegar a ser tratados como criminales sólo por hacer nuestro trabajo”, se quejaron.
En su documento, los expertos recordaron que “aún los sistemas más auditados del mundo tienen fallas que permanecen sin detectar durante muchos años”, para afirmar a continuación que “en un sistema de votación, estas fallas podrían permitir adulterar los resultados (especialmente en elecciones reñidas) o identificar a los votantes”.
Por su parte, los expertos que participaron del Simposio de Informática en el Estado, realizado en el marco de las Jornasas Argentinas de Informática (JAIIO), cuestionaron las experiencias derivadas del uso de la BUE en Salta y en Buenos Aires. Tres especialistas de la provincia de Córdoba -Daniel Penazzi, Miguel Montes y Nicolás Wolovick- presentaron un trabajo, en el Montes fue el relatorpara exponer los requisitos mínimos que debe cumplimentar un sistema de voto electrónico.
Montes es docente en el Instituto Universitario Aeronáutico y los otros dos lo son en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad de Córdoba. Los profesionales denunciaron los problemas de vulnerabilidad del sistema utilizado en Salta y en Buenos Aires, surgidos del análisis que realizaron diversos auditores sobre el sistema. Surgió así que existía la posibilidad de individualizar boletas, de que se compute más de un voto por persona o que el chip RFID en el que se graba el sufragio pueda ser leído desde un celular.
Montes no descartó la posibilidad de la implementación del voto electrónico, pero planteó importantes dudas sobre la conveniencia y la oportunidad de hacerlo en estas condiciones. Luego planteó la paradoja que trazó el célebre matemático Edger Dijkstra, que señaló que las pruebas pueden demostrar la presencia de errores, pero nunca su ausencia.
De todos modos, la máxima paradoja no provino de esos jóvenes profesionales de la informática, que suelen ostentar gruesos anteojos y pelos desordenadamente peinados, sino de los curtidos expertos en seguridad de los servicios de inteligencia.
John Sawers, extitular del MI6 británico -probablemente el más eficiente servicio de inteligencia del mundo- manifestó que “el papel y lápiz son más seguros que cualquier sistea de voto electrónico”, por lo que, sostuvo, es necesario “construir sistemas robustos”, al referirse a la posibilidad de la ingerencia extranjera en los sistemas de votos de Estados Unidos.
En una entrevista realizada en la radio de la BBC, Sawers afirmó que “paradójicamente, la boleta de papel con el lápiz para marcar la opción y depositar en la urna, actualmente es mucho más seguro que cualquier sistema electrónico”.
El problema a resolver, según el experto en seguridad, que dirigió todo el sistema de inteligencia británico, es “es que las generaciones más jóvenes quizás esperan poder hacer la mayoría de las cosas a través de sus dispositivos móviles”, dejando en el aire una solución posible.
Mientras tanto, el Parlamento inglés creó una comisión para evaluar las opciones de implementar el voto electrónico e inclusive el voto online para las elecciones generales de 2020.
El año pasado, en un simposio sobre seguridad organizado por el Aspen Institute, el entonces jefe de la Agencia Central de Inteligencia CIA), John Brennan, ante la pregunta de otro especialista acerca de si él no podría recomendar la “vuelta de las boletas de papel” para votar, aquel respondió que “no soy político, yo informo a los decisores de política en términos de lo que vemos y enfrentamos. Y va a haber un montón de decisiones que van a tener que tomarse para enfrentar cualquier vulnerabilidad de estos sistemas y redes, para mitigar esa vulnerabilidad. Pueden decidir volver a las boletas de papel en ciertos lugares”.