Día tras día, en cada uno de los más de 40 nodos de trueque que existen en la ciudad de Buenos Aires, se reúnen miles de personas para intercambiar alimentos, ropa, servicios médicos, psicológicos, de peluquería, construcción, y muchas otras mercaderías de intercambio.
El fenómeno está en pleno crecimiento, debido a que la crisis económica comenzó, en estos últimos meses, a golpear de lleno al sector de la clase media que aún quedeba en pie. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los nuevos centros de la crisis, en el que miles de sus habitantes formaron nuevas redes sociales, tanto para discutir cuestiones políticas en las asambleas barriales, como para tratar de mantener su poder adquisitivo en los nodos de trueque.
El canje en los clubes de trueque no se realiza de manera directa sino que, al entregar un objeto o servicio, el prosumidor (este concepto está tomado del libro "La Tercera Ola" del libro de Alvin Tofller, donde el autor define a los prosumidores como productores y consumidores al mismo tiempo) consigue a cambio créditos que luego puede utilizar, por ejemplo, para visitar al odontólogo. Cada crédito tiene como valor referencial un peso.
Los clubes de trueque de la Ciudad se vinculan, a su vez, con los que están ubicados en el resto del país y forman la Red Global del Trueque. El primer nodo en la Argentina fue el de Bernal, que aún funciona los sábados desde las 10 de la mañana, en Chacabuco y De Pinedo.
La actividad del trueque escapa al pago de impuestos porque está concebida como "donación mutua". Esta figura está contemplada en el artículo 1.819 del Código Civil.
Eloísa Primavera, socióloga y creadora del nodo Obelisco, de la Ciudad de Buenos Aires, considera que "la magia del trueque está en la moneda social, el crédito, que es la que permite que, además de producir, se pueda comprar lo que otros, que no tienen dinero, producen".
"El trueque ayuda a salir de la depresión psíquica y económica", señala Primavera pero, pese al crecimiento que está teniendo esta actividad, "la limitación que encontramos es que sin el apoyo de un poder público no es posible organizar una estructura que dé respuestas a la problemática social", agrega. El trueque es apenas una forma de sobrellevar la crisis, su expansión tiene un límite muy preciso en cuestiones tales como el pago de los impuestos -pese a que algunas intendencias provinciales ya reciben los créditos como forma de pago- o el uso del transporte público.
EL GOBIERNO DE LA CIUDAD COMPRENDIÓ EL ESPÍRITU DEL TRUEQUE
A través de la Secretaría de Desarrollo Económico, la de Educación y algunos de los CGP’s, el gobierno porteño apoyó a la actividad de los clubes de trueque sin aportar un peso. Jornadas de capacitación, apoyo logístico y moral, y palmadas en la espalda, son sólo algunas de las actividades programadas por los funcionarios de la ciudad. Claro que todo esto es un poco menos concreto que los 300 mil dólares que suministró el municipio de Río de Janeiro para apoyar a la actividad en su ciudad.
LAS MADRES TAMBIÉN TIENEN SU NODO
Montado a un costado de la feria artesanal que desde el mes de noviembre pasado funciona en la Plaza de los Dos Congresos, el Club del trueque "El Corralito" está funcionando domingo tras domingo con centenares de puestos. Al igual que la feria, el nodo es organizado por las Madres de la Plaza de Mayo quienes lo consideraron como un "nuevo espacio de lucha, de creación y de resistencia en defensa de la vida".
DE DONDE VIENE
En las sociedades primitivas, cuando la tribu era el escenario del desarrollo social, el trueque era una manera no sólo de conseguir los productos faltantes, sino aún de evitar la guerra. Por medio del comercio se relacionaban los pueblos y de esa manera "los otros" dejaban de ser vistos sólo como enemigos o rivales.
Por su parte, durante la Guerra Civil Española, las comunidades anarquistas establecidas en Aragón y en Cataluña sobrevivieron hasta un año sin papel moneda. Era una sociedad que se basaba en la confianza. No perduraron. La condición básica para la supervivencia era que las comunidades vecinas hicieran lo mismo. Finalmente fueron aplastadas por los ejércitos franquistas.
HACIA DONDE VA
Frente a tantos bonos provinciales que no tienen el menor respaldo financiero, los créditos de el Club Global del Trueque, van afirmándose como una alternativa para muchas familias, que los ven como un medio válido para acceder a algunas de sus necesidades insatisfechas. Si bien un país no puede desarrollar su industria a través del trueque y este significa un retroceso en cuanto a las relaciones capitalistas de producción, los nodos pueden ser el germen de las redes sociales necesarias para evitar la exclusión de muchos argentinos.