Gustavo López es una persona tranquila y en su estilo sereno no se reflejan los graves avatares por los que atravesó la Ciudad con los sucesos del viernes pasado. Se recuesta en su sillón, habla pausado, como pensando cada concepto y cada palabra. Le gusta escuchar en silencio, nunca interrumpe y luego contesta. Casi de manera obsesiva redondea la idea de la "cultura de la solidaridad, la que permita la inclusión y la integración de todos los sectores que fueron expulsados del sistema y que garantice el real acceso a los bienes culturales para todos los porteños".
Mientras su vocero le consigue las carpetas que entregará a este medio, en las que él mismo desarrolló la línea y los objetivos de su gestión, López cuenta que la oferta cultural siempre fue muy importante en la Ciudad "pero, por momentos, quizás un tanto anárquica". Rompe el hielo y define los cinco ejes en los que trabaja: la cultura de la solidaridad; una gestión descentralizada y transparente; una cultura de calidad; resguardo y proyección de la identidad cultural, y el patrimonio y la cultura como desarrollo económico.
En extenso diálogo con NOTICIAS URBANAS, el funcionario destaca la continuidad de las tareas que empezara su antecesor (Jorge Telerman) ya que "ambos compartimos la gestión de Aníbal Ibarra", pero que "cada uno le pone su impronta, ya que venimos de realidades distintas y expresamos nuestra personalidad, formas de pensar y estilos" en la gestión pública. "De lo que se trata es de afianzar todo lo que se puso en marcha anteriormente, de manera organizada y fijándonos algunos nuevos objetivos, como los del Fondo Cultural BA", expresa el secretario.
Está convencido de la importancia de la cultura en los procesos electorales. "Su incidencia no es de ahora, esta sociedad tiene esencia intelectual, siempre fue sensible a la producción y la oferta cultural, este campo siempre fue uno de los prioritarios a la hora del apoyo a una gestión. Coadyuva en este sentido la generación de empleo que generan las industrias culturales, que como la del diseño, por ejemplo, representa un 15 por ciento del PBI local", sostiene con orgullo. Es uno de sus temas predilectos.
Buenos Aires ya es una ciudad casi inigualable en materia de bienes culturales a nivel regional, pero esta gestión persigue la denominación de capital cultural de Latinoamérica, algo que seguramente llegará más temprano que tarde. Para el Mercosur, tiene la certeza que "no puede limitarse a dibujar un campo de alianzas económicas, debe ser un espacio donde nuestras culturas se conozcan e interactúen".
Una subsecretaría de Relaciones Internacionales dependiente de la Vicejefatura de Gobierno, reúne la actividad de las distintas áreas de la secretaría que interactúan con el exterior. En setiembre próximo se verán las caras en Buenos Aires (con europeos incluidos) en un evento denominado "Diversidad Cultural e Industrias Culturales", pero antes López ha sido invitado a Montevideo, en ocasión de la reapertura del Teatro Solís.
Retoma el tema social. "La cultura obviamente trasciende lo artístico, hay una cultura de vida en donde lamentablemente se percibe un deterioro producto de las sucesivas crisis y convulsiones que ha sufrido nuestro país". Reflexiona y con gesto serio reconoce que "tardaremos mucho tiempo en recuperar el nivel socio cultural que teníamos".
"Para ello -continúa- hay que llevar el debate a todos los lugares que podamos" -señala como implorando- "y poner al sistema educativo en perfecta sintonía con el cultural, sólo así remontaremos la calidad de vida de los ciudadanos, la calidad de la oferta cultural y la de la gestión", define.
Diferencia el arte de vanguardia con el que se trabaja en comunidad y apuesta fuerte a los nuevos emprendedores: "Para ellos dedicamos dentro de las posibilidades del Estado, todo lo que necesitan para empezar a crecer", describe, y comenta que en esa línea se inscribe el nuevo Fondo Cultural BA. Allí López sonríe (como pide Ibarra en las vacaciones): en tres días han recibido más de doscientas solicitudes para los cinco rubros y esperan muchas más hasta fin de mes.
Curiosamente casi no nombra la palabra tango en una hora de entrevista. En cambio, remarca la importancia de la "formación de ciudadanía". Pasado el mediodía, deja por un rato su despacho y se va almorzar con Kive Staiff.