"Ibarra va a hacer los anuncios en una conferencia rápida, express, no se van a enterar con mucha anticipación", reveló uno de los voceros de Aníbal Ibarra este lunes, en medio de la guerra de nervios que por estas horas se vive en la Jefatura de Gobierno porteña ante la inminencia de la presentación del nuevo gabinete.
Por la forma en que eligió hacer los anuncios, parece que el jefe porteño está decidido a manejar los tiempos hasta el final y jugar no sólo con el misterio sino con la sorpresa.
"Me carcome la ansiedad", confiesa un kirchernista ligado a Alberto Fernández, que participa en las mesas negociadoras.
El jefe porteño tiene el gabinete prácticamente delineado, tal como lo vino anticipando NOTICIAS URBANAS, en los últimos días. Sin embargo, quedan dudas sobre algunos lugares aún indefinidos.
La Secretaría de Desarrollo Social, que dejará la radical Gabriela González Gass, es una esas incógnitas. Se sabe que ese lugar era una de las demandas del kirchernismo, que en el esquema final se quedaría con una, o a lo sumo, dos secretarías.
Miguel Bonasso, con el guiño de Néstor Kirchner, venía pidiendo ese lugar y para eso se reunió no sólo con Ibarra sino también con el jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández.
"Pero lo van a cagar, no se la van a dar", lanzó, enojado, uno de los legisladores vinculados al líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD). "Y no si no se la dan, va haber malestar", deslizó, enigmático.
En verdad, uno de las candidatas más firmes para el cargo es Mónica Desperbasques, actual subsecretaria del Plan Social Integral, en Desarrollo Social.
Desperbasques está en el Ejecutivo desde el comienzo de la gestión de Ibarra y está políticamente ligada al jefe de gabinete Raúl Fernández, un ibarrista fiel, que fue uno de los primeros en quedar confirmado en el cargo.
Tanto creció la figura de Fernández en el gobierno del nuevo Ibarra, que la segunda confirmada en su puesto es su esposa, Marta Albamonte, secretaria de Hacienda de la Ciudad. También se quedan en Educación Roxana Perazza y, aunque menos confirmado, Alfredo Stern en Salud.
"Va a ser un gobierno transversal", desliza Ibarra en los últimos días. Esto significa que, además del espacio para el kircherismo, habrá lugares para el radicalismo, el ARI y el socialismo, que lo apoyaron en su reelección.
Una novedad de las últimas horas: si bien el nuevo gabinete jurará el 10 de diciembre, aparentemente habrá demoras para las segundas líneas de subsecretarios y directores, que podrían terminar asumiendo en enero, a la espera de la rendición de gastos de sus predecesores. Un tema burocrático, pero nada menor.
FAVORES POLÍTICOS Y TRANSVERSALIDAD
La "transversalidad" de Ibarra también significa devolver favores políticos a quienes apoyaron su reelección. Así las cosas, el jefe porteño le ofreció la Secretaría de Cultura al radical Gustavo López, ex interventor del COMFER.
Ocurre que el grupo de radicales en el que revista Florentina Gómez Miranda y el actor Beto Brandoni, entre otros, apoyó la reelección de Aníbal en contra de la decisión orgánica de su propio partido, la UCR, que apoyó la candidatura de Cristian Caram.
El problema que se le suscita a Ibarra en este punto es que el kirchnerismo -cuyo respaldo fue crucial para que mantuviera su sillón- también pide ese lugar.
Los hombres del Presidente tienen dos candidatos, ambos participantes del grupo Calafate, el embrión del kirchernismo. Uno es el cineasta Jorge Coscia, presidente del Instituto nacional del Cine; el otro, Ernesto Jauretche.
Con todo, la arquitecta Silvia Fajre, subsecetaria de Patrimonio Cultural y ligada al vicejefe Jorge Telerman, es la candidata que suena con más chances.
Ibarra considera que la incoporación del sindicalista Héctor Capaccioli, mano derecha de Alberto Fernández, es una manera de agradecerle a Néstor Kirchner los servicios prestados.
Lo más seguro es que "Capa" termine ocupando la Secretaría de Descentralización, que se convertirá en un lugar importante porque conducirá el proceso de creación de comunas en la Ciudad de Buenos Aires, obviamente después de la sanción de la ley.
A Capaccioli le habían ofrecido en un principio ir a Control Comunal, pero él prefirió Descentralización. Finalmente, Control Comunal quedará para Marcelo Antuña, subsecretario del área y vinculado políticamente a Vilma Ibarra, senadora y hermana del jefe de la Ciudad.
El agradecimiento al kirchernismo terminaría, en el esquema Ibarra, con la vice primera de la legislatura en manos de Miguel Talento, también kirchernista de la primera hora.
ENROQUES DE ÚLTIMA HORA
El resto del gabinete son enroques. Así Roberto Feletti, actual titular del Banco Ciudad -un lugar que quería Alberto Fernández- irá a Obras Públicas, una secretaría clave y que era deseada por el ministro santacruceño Julio De Vido.
Obras anexaría a Vivienda (con la Comisión Municipal de la Vivienda) y Planeamiento Urbano, hoy bajo las órdenes del secretario de Medio Ambiente, Eduardo Epszteyn.
Éste pasaría a Desarrollo Económico, donde actualmente manda Eduardo Hecker, probable sucesor de Feletti en el Banco Ciudad.
También se está estudiando la creación de una nueva secretaría: Turismo, Deporte y Juventud, aunque no hay candidatos fuertes ni es seguro que se implemente ahora.
De no crearse esta secretaría, Turismo se mantendrá en Desarrollo Económico.
Si finalmente se fusionan Desarrollo Económico y Medio Ambiente, tal como se prevé, Epszteyn absorbería no sólo Turismo, sino que también mantendría el control de la basura porteña, un tema que se considera delicado, ya que se trata de la licitación más importante que tiene la Capital. Una versión indicaba que el área de Servicios Públicos quedaría incorporada en esta fusión. Otra lo daba dentro del superente que quedaría a cargo de Feletti. También circulaba que Medio Ambiente sería una secretaría autónoma y que estaría al mando de Marcelo Vensentini.