Si bien el viernes en la Recoleta el anfitrión fue Melchor Posse, la figura excluyente en el homenaje a Hipólito Yrigoyen en el 72° aniversario de su derrocamiento fue, previsiblemente, Adolfo Rodríguez Saá. Hubo, de todos modos, un ingrediente adicional, que colocó al ex presidente y al ex intendente de San Isidro en el centro de la escena, y es el hecho de que en este acto blanquearon su futuro político en común, lo que era un secreto a voces, pero no había tenido hasta hoy ninguna manifestación pública más que a través de sus allegados.
Lo que casi ningún analista destacó hasta ahora, extrañamente, es que ésta fue la primera manifestación pública en común de la tan mentada "transversalidad", al menos entre dirigentes de tan alto nivel de los dos partidos que rigieron con sus aciertos y sus desatinos las grandes epopeyas políticas en la Argentina del siglo veinte.
Posse destacó en su discurso que Rodríguez Saá encarna los mismos valores que Hipólito Yrigoyen, en tanto que el puntano aseveró que su presencia en el acto era un reconocimiento a los radicales que fueron los fundadores del movimiento nacional y popular. Este acto -según allegados a Rodríguez Sáa- significa también el primer paso en la diáspora de algunos sectores del radicalismo bonaerense en dirección al Movimiento Nacional y Popular, que no por nada en su logotipo tiene a Evita en el centro con sus brazos levantados, sosteniendo simbólicamente a Yrigoyen y Perón en cada extremo. Hacia la izquierda aparece, además, la imagen de San Martín.
Al final del acto, cuando "el Adolfo" se retiraba, ocurrió un hecho curioso, en estos tiempos de cólera: un grupo de estudiantes de una escuela de La Matanza le pidieron que les firmara en sus guardapolvos
RODRÍGUEZ SAÁ INICIARÁ SU LARGA MARCHA
Sus asesores aún no se pusieron de acuerdo con respecto a cómo la denominarán finalmente -hay dos nombres en danza: la Marcha por la Patria, o la Marcha Nacional por los Sueños-, pero Rodríguez Saá iniciaría el 18 de septiembre una gira nacional, en la que recorrerá el país, región por región.
Las dos primeras etapas de la marcha ya están definidas. El 18, 19 y 20 de septiembre, en dos micros -dicen sus asesores que muy distintos del "Menemóvil"- el candidato recorrerá Mendoza, San Juan y San Luis, en donde mejor le dan las encuestas y adonde, además, juega de local. Luego, los días 23, 24 y 25 estará en Salta, Jujuy y Tucumán. Éstos son -hasta este momento- los únicos lugares que están definidos en todo el país.
El mecanismo de las giras se repetirá. Habrá dos micros sencillos, en los que viajará una veintena de dirigentes. Irán a todos los pueblo chicos, más en plan de trabajo y de escuchar los problemas que planteen los pobladores, que de gira proselitista. La caravana eludirá los grandes centros poblados, a lo sumo se plantean llegar hasta la periferia de las ciudades más importantes. Los hombres que forman sus equipos de trabajo plantean que "Rodríguez Saá debe ir al domicilio de cada argentino".
De todas maneras, este mecanismo cuenta con una novedosa segunda etapa. Dos meses después de realizada, la gira se repetirá, aunque en esta ocasión los equipos del puntano se proponen llegar con una propuesta ya elaborada en las oficinas del Instituto para la Refundación Argentina tras el primer encuentro, para discutir con los pobladores y encontrar el "feedback".
