"La mortalidad que tuvimos es asombrosamente baja", manifestó el secretario de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Alfredo Stern, quien agregó: "A las 6 de la mañana del 31 había 531 pacientes ingresados al sistema de salud porteño y en este mes tuvimos que lamentar que murieran 9 pacientes, es decir el 1,7 por ciento. Hemos salvado al 98,3 por ciento, lo que es un éxito terapéutico, obviamente nos estamos manejando con el criterio internacional de cuando la víctima es responsabilidad del sistema de salud".
Durante los primeros días posteriores al incendio en República Cromañón, numerosos especialistas médicos señalaron que en casos de quemadura de las vías respiratorias y de inhalación de monóxido de carbono, cianuro y vapores de isocianato, como sucedió en el boliche de Once, la mortalidad de los sobrevivientes es aproximadamente del 30 por ciento.
En tanto, Stern salió a responder a los numerosos reclamos de que se trate a todos los pacientes con cámaras hiperbáricas, uno de ellos encarado a través de un amparo judicial. "No se puede decir ‘todos los pacientes tienen que pasar por cámaras hiperbáricas’ sin sustento científico y mucho menos utilizar a la gente diciéndole ‘si a su hijo lo hubiesen pasado por cámara hiperbárica…’, a madres de chicos que murieron", expresó el funcionario porteño.
El secretario de Salud explicó que la tecnología está a disposición de los pacientes cuyo medico lo requiera, como sucedió en 84 casos para los que se hicieron pruebas y solamente cuatro dieron que debían utilizarla. "El uso de cámaras siempre estuvo garantizado, no es un tratamiento caro, pero no es la seguridad absoluta y cuando no está indicado por el médico, su uso está contraindicado y puede traer graves efectos secundarios", agregó.
Respecto a las críticas que el bloque Compromiso para el Cambio hizo al accionar del servicio de emergencias la noche de la tragedia, Stern afirmó: "El mismo día en que la diputada (por la macrista Soledad Acuña) dijo esto hubo directores de hospitales que se manifestaron muy dolidos porque nosotros no nos paramos arriba de un manual para ver qué cosas hicimos bien o mal, sino que le ponemos el cuerpo a la situación, estamos horas y horas, y la verdad es que si esto hubiera ocurrido en otro lugar, lamentablemente, las víctimas habrían sido muchas más".
"A todos nosotros, que nos tocó atender en esta tragedia, nos pasa de levantarnos a las 3 de la mañana y que se te revuelvan las imágenes, porque no es fácil ver docenas de pibes así, son cosas muy duras, muy fuerte, esto voltea a cualquiera", resaltó el funcionario porteño, quien además dijo: "Entonces, escuchar que un diputado, que pisó tres veces un hospital, diga que todo se hizo mal te golpea muy duro".
Durante los primeros días posteriores al incendio en reiteradas ocasiones periodistas apagaron sus cámaras y micrófonos por expreso pedido de los directores de los hospitales porteños que no querían aparecer en televisión o en radio con lágrimas en los ojos. Stern, por su parte, señaló que "un médico hizo un infarto" por lo que vivió en esos días.
"También se ha criticado que faltaron insumos -señaló Stern-, yo lo digo en forma clara: un 31 de diciembre a la una de la madrugada no se puede salir a comprar cantidades gasas, además no sé por qué cuando dicen que faltan insumos siempre son gasas".
"Un padre una vez en un hospital -añadió-, en una de la terapias intensivas más importantes que hay de esa especialidad en Latinoamérica, sino la más importante, con 40 personas trabajando y numerosos equipamientos, en donde uno se emociona por la cantidad de personas altamente capacitadas y los importantísimos recursos en juego, me dijo: ‘doctor los médicos trabajan fantásticamente, pero acá no hay nada’. ‘¿Usted cree que todo esto que ve acá lo armamos la semana pasada, su hija necesita 200 pares de guantes, usted cree que los salí a comprar recién, a las 11:30, le dije?’".
Por otra parte, Stern declaró: "Cuando se hacen críticas como que se subieron víctimas fallecidas a las ambulancias, me gustaría saber qué hubiera hecho ella (por Acuña), rodeada de 5.000 personas, cuando te piden ‘suba a mi familiar’, y cuando la intoxicación en mayor medida se produjo por monóxido de carbono, las víctimas estaban con manchas negras por el desprendimiento de hollín, que también habían inhalado, estaban rosados". "No me parece mal que los profesionales hayan optado por subir a los pacientes", agregó el secretario de Salud.
"A dos horas de la tragedia habíamos trasladado a todos los pacientes que tenían prioridad", dijo el funcionario en respuesta a quienes denunciaron que no se hizo un triage. "Utilizamos el manual, pero si la realidad difiere del manual no hay que sujetarse al manual, sino a la realidad concreta", manifestó Stern, quien informó que en la otra punta de donde se colocaron los cadáveres durante un tiempo se armó una zona de evacuación.
"Este trabajo en red que al mismo tiempo salvó vidas hizo más dificultosa la tarea de tener información para saber en qué lugar está ese paciente o dónde falleció", explicó el secretario de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. "Sobre eso tenemos que mejorar", admitió Stern, quien informó que hay un equipo trabajando en un sistema para mejorar la información sobre los pacientes que ingresan a hospitales por tragedias de magnitudes como la de República Cromañón.
