Cada vez está más cercana la aprobación final de la construcción de las nuevas líneas de subterráneos "F", "G" e "I". Ante este panorama, la posibilidad de expropiación de la vivienda es algo que a muchos porteños les quita el sueño. Por ese motivo comenzaron acercar sus quejas y manifestaciones de temor a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
El principal problema, según Paula Godmar – abogada de la Defensoría – radica en que "en el proyecto de ley no se aclara bien cómo se les va a pagar a los vecinos por sus viviendas ni a dónde se los va a trasladar". Sin embargo, el secretario de Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad, Abel Fatala, minimizó la cuestión: aseguró que el muevo trazado solamente afectará "el subsuelo de alguna vivienda" y que no serán demasiados los edificios expropiados.