En el Barrio Saldías existía desde hace tiempo un zanjón a cielo abierto para aguas servidas frente a sus casas. Este zanjón dividía la zona en dos partes y obligaba a quienes querían cruzar la calle, a hacer un rodeo para esquivarlo.
Planteado el problema ante el CGP Nº 2 Norte, una cuadrilla de siete hombres -en su mayoría pertenecientes al Plan Jefes de Familia- se encargó de colocar un conducto de 35 metros de largo y 70 milímetros de diámetro, además de una cámara de inspección.
La Dirección de Mantenimiento Barrial del CGP estuvo a cargo de las tareas para que los mosquitos y los malos olores no invadan más el área y para evitar el riesgo de que los más chicos caigan al zanjón.