Después de dos meses de discusiones, los diputados porteños lograron cerrar un trabajoso acuerdo en el que designaron a la mayoría de los presidentes de las comisiones y a las nuevas autoridades de la casa.
Pero en estos días, cuando de la pipa de la paz aún brotaban las últimas volutas de humo, el pacto interno de la Alianza voló en pedazos. "Jorge Argüello sería un buen vicepresidente primero de la Legislatura", disparó desde la cadera -sin apuntar, pero recto a la cabeza- una fuente allegada a los que deciden las políticas de uno de los sectores políticos de la propia Alianza.
"No vamos a permitir que desde la Legislatura se le haga una oposición constante al gobierno de Aníbal Ibarra, surgida desde el propio oficialismo", siguió disparando el asesor, que remató "en este terreno, los radicales tienen poco que perder, en tanto que nosotros podemos perder mucho". Aludía al fuerte posicionamiento de los seguidores de Leandro N. Alem en la Legislatura -su bloque cuenta con 13 diputados, contra los siete con que cuenta el del FREPASO- y a su descompromiso con el gobierno de Ibarra que, por contrapartida, los está desalojando de a poco de los espacios que ocupan en su gabinete.
Como muestra de la lenta desagregación de radicales del gobierno porteño, vaya el ejemplo del reemplazo del subsecretario de Descentralización, Daniel Siciliano -radical cercano a la vicejefa de Gobierno, Cecilia Felgueras- por Ariel Schifrin -hombre del riñón de Aníbal Ibarra- y la elevación de Descentralización a secretaría.
"El Gobierno puede ser que sea de la Alianza, pero usar la Legislatura para refundar el radicalismo después del desastre de de la Rúa, no corresponde. Para eso está el Comité Capital", terminó, impiadoso, el enojado dirigente porteño.
La ofensiva que el FREPASO se dispone a lanzar, tras lo que consideran poco menos que una traición del radicalismo, está planteada al estilo del mariscal norvietnamita Vo Nguyen Giap, "sin tiempo y sin localización", es decir, en todo momento y en todo lugar.
Por su parte, el diputado Cristian Caram, consultado por NOTICIAS URBANAS, minimizó tanto las versiones de una posible ruptura de los acuerdos logrados como de la destrucción de las bases sobre las que se edificó la Alianza. "Les mandaron fruta", aseguró una de sus allegadas. El tiempo dirá si es cierto o no.