Con un largo discurso, de casi dos horas, que despertó el mal humor de la oposición -algo que, de todos modos, no es demasiado difícil en estos tiempos de chisporroteos electorales- el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, inauguró el período ordinario de sesiones de la Legislatura porteña.
Ibarra estuvo rodeado por su "guardia imperial", que conforman el jefe de Gabinete, Raúl Fernández; el secretario de Medio Ambiente, Eduardo Epszteyn; el secretario de Educación, Daniel Filmus; el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala; el secretario de Desarrollo Económico, Eduardo Hecker; el secretario de Cultura y posible candidato a vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman y el secretario de Descentralización, Ariel Schifrin y algunos otros funcionarios como el subsecretario de Comunicación Social, Daniel Rosso; la subsecretaria Legal y Técnica, Alejandra Tadei; el procurador general, Juan Carlos López; la subsecretaria de Logística y Emergencias, Lía María; el presidente del Banco Ciudad y también aspirante a vicejefe de Gobierno, Roberto Feletti y el escribano general de Gobierno, Carlos Gaitán.
También estuvieron en el recinto de la Legislatura los funcionarios radicales del gabinete porteño, como el secretario de Salud, Alfredo Stern; la secretaria de Desarrollo Social, Gabriela González Gass; la secretaria de Gobierno y Control Comunal, Silvana Giúdici y la subsecretaria de Planeamiento Urbano, Margarita Charriêre.
Por su parte, el secretario de Hacienda y Finanzas, Miguel Ángel Pesce, aún no volvió de Londres, donde el 27 de febrero logró cerrar un acuerdo con los acreedores externos del Estado porteño. A su vuelta -el lunes- lo estarán esperando tanto sus compañeros de gabinete para brindar con "champagne", como su correligionario, Cristian Caram, que lo quiere para que sea el candidato a vicejefe de Gobierno en su "jihad", que consiste en apretar al actual jefe de Gobierno con la fórmula Caram-Pesce y luego "aceptar" ser el segundo de la fórmula, detrás de Ibarra.
EL MARKETING DE LA PROTESTA
Cuando el jefe de Gobierno entró al recinto, la izquierda se retiró -repitiendo un recurso que utilizan con demasiada frecuencia-, en señal de protesta por los incidentes que se produjeron el martes en las inmediaciones del PADELAI, cuando la policía reprimió en forma sangrienta a los ocupantes del predio y a los manifestantes que acudieron posteriormente en su apoyo.
El diputado Abel Latendorf -fiel a su estilo desenfadado- depositó en su banca, antes de retirarse, tres cartuchos de escopeta -uno de ellos de postas, algo que está prohibido por el propio reglamento policial para reprimir manifestaciones-, un cartucho de gas lacrimógeno vencido, una gorra policial y un corazón sangrante con la inscripción PADELAI en el centro.
Tras el discurso, que fue fervorosamente aplaudido por la "propia tropa", educadamente aplaudido por los opositores y repudiado por la izquierda y por Jorge Enríquez, el jefe de Gobierno se retiró a festejar su cumpleaños en familia. Dejaba atrás, tanto a los que se manifiestan "orgullosos" de su gestión -la diputada Sandra Dosch, por ejemplo- como a los que expresaron que "el único alivio que sentimos los porteño es que este discurso será el último de la gestión de Ibarra" -el propio Jorge Enríquez.
UNA NOCHE MUY AGITADA
La noche del 28 de febrero fue una noche difícil. A las 18, la fecha de las elecciones en la Ciudad fluctuaba entre en 20 y el 27 de julio, según la versión de un encumbrado funcionario muy próximo a Ibarra. A las tres de la mañana de este 1º de marzo, la decisión de quienes operan la política en las cercanías de Ibarra era que las elecciones se hacían el 22 de junio. El martes anterior, por su parte, la fecha que estaba en análisis en el entorno del jefe de Gobierno era el 1º de junio.
Hasta la mañana de este sábado, entonces, la decisión estaba tomada y las elecciones eran el 22 de junio. Pero, imprevistamente, poco antes de que comenzara su discurso, Ibarra cambió la fecha, que quedó fijada en el ocho de junio. Tan imprevista fue la decisión, que cuando la gente de prensa del jefe de Gobierno ya tenía lista la versión impresa de su discurso para entregar a los periodistas, una de las responsables demoró el trámite para "chequear un párrafo". Esta circunstancia generó en los periodistas la especulación de que el cambio de fecha de los comicios había sido decidido a último momento.
En cuanto a las especulaciones de los analistas acerca de quiénes secundarán al jefe de Gobierno en las listas de diputados, sólo se supo que Ariel Schifrin, que supo ser uno de sus hombres de confianza y hoy está algo alejado de su círculo íntimo, formará parte de la lista de candidatos a diputados nacionales.