Las mujeres al poder

Las mujeres al poder

Pasados varios meses de su exitosa aparición, "Las jefas", un libro que retrata las experiencias de vida de doce mujeres que lograron puestos de máxima responsabilidad en importantes empresas, fue presentado públicamente el jueves pasado. La obra marca el debut editorial de la periodista Laura Di Marco, colaboradora permanente de Noticias Urbanas y del diario La Nación. El coordinador del encuentro, realizado en el Hotel Bauen, fue el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz.


Quiénes son, cómo llegaron y cómo viven las ejecutivas más poderosas de la Argentina es la pregunta que da inicio a "Las jefas", el primer libro de la periodista Laura Di Marco, que fue presentado en sociedad el jueves pasado en el Hotel Bauen, en una conferencia organizada por la fundación Female. El volumen -editado por Sudamericana- está a la venta desde hace algunos meses, con una muy buena respuesta del público y la crítica especializada.

Se trata de una investigación que retrata las historias de vida de doce mujeres que llegaron a ocupar lugares de máxima decisión en grandes empresas, muchas de ellas multinacionales, que operan en nuestro país. Doce mujeres que lograron escalar posiciones en espacios tradicionalmente dominados por los hombres. Di Marco logra, a través de su habilidad de entrevistadora, recoger de boca de las protagonistas revelaciones personales, con las que va reconstruyendo sus historias, al tiempo que va haciendo, con una mirada sociológica, una radiografía del mundo del poder y del lugar que en el mismo ocupan las mujeres. Colateralmente a la cuestión central de género, el libro involucra al lector en una cruda descripción del capitalismo globalizado.

Con una larga trayectoria por varias redacciones periodísticas, Di Marco es, en la actualidad, colaboradora permanente del semanario político Noticias Urbanas y del diario La Nación. También es miembro del Foro de Periodismo Argentino (Fopea).

A cargo de la presentación de "Las jefas" estuvieron el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz -quien aportó la idea inicial del libro y realizó su prólogo-, María Luisa Fulgueira -una de las doce jefas entrevistadas, hasta fines de 2008 CEO de la filial argentina de Dow Corning y la primera mujer en alcanzar un puesto empresarial de esa envergadura en nuestro país-, Marta Giardina -presidenta de Female-, la psicoanalista Inés Olivero y la autora del libro, que luego de las exposiciones contestó las preguntas de quienes asistieron a la presentación. Un auditorio compuesto en su mayoría por mujeres, aunque también por varios hombres que, como tantos otros, apuestan a la paridad de género.

SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Durante la presentación de "Las jefas", Jorge Fernández Díaz, actual director de ADN Cultura -el suplemento cultural de La Nación- le hizo una entrevista a Di Marco, cuya síntesis publicó el sitio Artemisa. Acá reproducimos el reportaje.

JFD: – Todo libro es una travesía y nos cambia. ¿Qué aprendiste de éste? ¿Cómo eras antes de escribirlo y cómo sos ahora?
LD: – Maduré como persona y como profesional. Me di cuenta de que las mujeres tenemos una especie de Síndrome de Estocolmo. Con ese nombre se conoce a la respuesta psicológica que a veces tienen las víctimas de un secuestro, que se terminan enamorando del agresor. En este caso lo que digo es que sostenemos y nos aliamos con creencias que no están a favor de nuestros derechos. Creo que siempre estamos buscando la aprobación de los varones porque somos aceptadas sólo si nos aliamos a lo que dice todo el mundo. También me di cuenta de que las mujeres hacíamos periodismo como los varones y creo que las mujeres tenemos una ventaja comparativa, que es la posibilidad de mirar hacia adentro. Estas son doce mujeres son contraculturales, porque las mujeres reforzamos la autoestima en la aceptación y las jefas tienen que decir "no" muchas veces. Y además, manejan mucha plata. También reforcé mi idea de que sin cupo, en el ámbito político, las mujeres no hubieran llegado a ocupar la cantidad de puestos de poder que ocupan, porque tienen un techo de cristal interno, además del externo.

JFD: – ¿Cuál de todas las entrevistadas fue más difícil de acceder?
LD: – Las que mandan, las líderes, nunca habían hablado. Y fue difícil entrar a los despachos, preguntar por la vida, los hijos, la terapia o la no terapia. También fue difícil producir los encuentros porque son mujeres que están todo el día viajando, que no paran. La más difícil fue Analía Rémedi, la CEO de Hewlett Packard, porque justo un mes antes de que la llamara le habían hecho una nota por el Día de la Mujer y después, un conocido periodista conservador la había destrozado por radio diciendo de ella cosas como "nunca le creas a una minita que anda en Mercedes". Imaginate, no quería hablar con nadie. Creo que hay mucha resistencia social a que una mujer esté en esos lugares. Muchos colegas, sobre todo varones, me preguntaban por los costos de esos cargos, nadie por los beneficios, como si fuera contra natura que ellas estuvieran ahí.

JFD: – Hay dos entrevistadas muy particulares porque son de nuestro oficio: Silvia Fesquet y Ana D?Onofrio. Son las primeras mujeres que llegan a puestos tan altos en Clarín y La Nación. ¿Cómo fue hacer esas entrevistas?
LD – Fue complicado. Las dos son las segundas en la línea decisoria de sus diarios. Silvia se sienta en la mesa chica de Clarín a decidir esas tapas con las que después Kirchner y Cristina se vuelven locos. Yo iba a preguntar todo, y soy colaboradora permanente de La Nación. En el caso de Ana, me resultó muy abierta, me contó la historia de una chica que vino del interior, de su vulnerabilidad, del estado de "coma 4" en el que estaba cuando entró al diario viniendo de una revista, y que sigue sintiéndose una sobreviviente y rindiendo examen.

JFD: – ¿Cómo reaccionaron las entrevistadas cuando el libro salió a la calle?
LD: – A algunas les gustó y a otras no. Yo investigué durante un año y medio, armé algunas hipótesis y tengo una mirada diferente a la de ellas. Hay que bancar también como periodista que esto a veces se entienda y a veces no.

JFD: – ¿Creés que las mujeres tienen algo diferente para aportar?
LD: – Creo que somos diferentes. Creo también que la noción de poder es masculina, y ésta se refiere a un tipo de poder que debilita al otro, que no trata de sacar lo mejor de cada persona sino que frena el crecimiento de los demás. Y creo que eso está vinculado a que los varones varían su identidad en función del mundo público y laboral. Las mujeres, en cambio, tenemos desapego con la vida pública y por eso mismo podemos llevar una energía transformadora, que enriquezca y que, en lugar de debilitar, permita empoderar, darles poder, a las personas.

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