Los políticos siguen sosteniendo su tesis. Los hechos no los corren ni un milímetro de la postura asumida. Para ellos, la ola de inseguridad que sacude a la Ciudad de Buenos Aires es producto de los medios periodísticos. Una extraña explicación de sucesos que según los dirigentes sólo suceden en las portadas de los diarios y no en las calles de la Capital Federal. Sin embargo, la realidad es testaruda. El jueves se produjeron tres robos en distintos barrios de la Capital que produjeron muertos e hirieron de gravedad a un policía. Los hechos ocurrieron en Villa Crespo, Flores y Saavedra. A esto se le suma la nueva modalidad de robos a garages y casas de departamentos a un ritmo creciente. Estos hechos no sólo ocurren en los diarios.
"Es evidente que la inseguridad creció y que este incremento obedece a diversos factores. Pese a que los policías hacemos todo lo posible para combatir el delito y que la sociedad se sienta más segura, los hechos delictivos subieron", le manifestó a NOTICIAS URBANAS, el titular de la Comisaría Nº 50, el comisario José Antonio Portaluri.
El experimentado investigador, sin embargo, no cree que esto se deba a una huelga de brazos caídos que estaría afectando a la fuerza luego de la purga llevada a cabo a principios de mayo por el Gobierno nacional, en la que más de 100 altos oficiales pasaron a disponibilidad. "Los policías no nos metemos en política, sólo tratamos de hacer lo mejor posible nuestro trabajo. Y en eso estamos. Lo que sucede es que a veces sería muy bueno que las autoridades políticas nos apoyaran un poco más", agregó Portaluri.
Otras fuentes de la fuerza que prefirieron preservar su identidad le confirmaron a NOTICIAS URBANAS que la situación de la Policía Federal es la peor desde el comienzo de la democracia. "En octubre echaron a Roberto Giacomino, ex jefe de la Federal y en mayo, a menos de un año, echan a más de cien jefes, con lo cual esto provocó un gran estado de enojo en los oficiales en actividad y en los echados, que se traduce en los últimos hechos de inseguridad", le señaló un policía en actividad a esta agencia.
El propio Giacomino antes de irse le manifestó a sus íntimos que su salida iba a traer cola y la inseguridad creció a niveles preocupantes luego de la última purga. Dato que es fácil de comprobar con los últimos hechos. "Esto no es casual, la última reestructuración terminó de enfrentar a la fuerza con las autoridades políticas en especial con el ministro de Justicia, Gustavo Beliz. Los policías se quejaron que el pase a disponibilidad del ex comisario Jorge Palacios se debió a un interna política y a un expreso pedido de la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Luego de su caída, la línea interna que le respondía le siguió los pasos. En la volteada cayeron varios comisarios que controlaban las poderosas superintendencias y que eran fieles laderos de "El Fino", como le dicen a Palacios. Un caso ejemplificador fue el pase a disponibilidad del comisario Alberto Buscaglia, quien estaba a cargo de Homicidios y era un hombre de Palacios", manifestó un comisario retirado a NOTICIAS URBANAS.
En otros casos, muchos oficiales pidieron la baja, como por ejemplo el titular de la División Secuestros, Rubén Sablich, un histórico de la Federal. Al ser descabezada la línea de Palacios y con anterioridad la de Giacomino, la línea histórica de la fuerza que, por lo general, respondió a los preceptos del ex jefe de la Federal menemista, Adrián Pelacchi, perdió fuerza y predominio.
"Están creando una policía temerosa que no puede actuar, porque no sabe cómo responderá el poder político y que en vez de sentirse bancada, se siente perseguida. El actual jefe Eduardo Prados es un hombre de Beliz que no es muy querido en la institución y ese dato también le juega en contra. Todos estos factores se unieron en un cóctel que provocó mayor inseguridad, además de los graves problemas económicos que afectan a la gente. Es lógico que luego de la purga los robos aumentaran porque se produjo una huelga de brazos caídos que afectó a toda la institución", le confirmó a NOTICIAS URBANAS un subcomisario en actividad.
Aunque en público lo nieguen y en privado no sepan cómo solucionar el conflicto, en el Gobierno se analiza una serie de medidas que se tomarían con la mayor brevedad posible.
Esta situación también puso sobre el tapete la histórica interna que viven la Federal y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). "Muchos de los echados se llevaban mal con los espías. Lo que pasó es que los agentes secretos le vienen llenando la cabeza a varios kirchenristas con la idea de que los policías somos todos malos y eso no es verdad. Los están intoxicando porque se nombró en la SIDE a varios pingüinos que no entienden nada del tema", volvió a ofuscarse el subcomisario.
En medio de la ola de inseguridad se encuentra el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, quien cedió a las presiones por conformar una Policía Comunitaria, una iniciativa que no pensaba tomar con tanta urgencia. Sin embargo, en el Gobierno nacional, hay muchos políticos que dudan de su capacidad para manejar la nueva fuerza.
"Lo importante es que la gente sepa que estamos trabajando para combatir el delito y que acá no hay conspiraciones. A veces la ley va para un lado y los hechos para otro, entonces el policía que quiere hacer bien su trabajo se siente confundido, ya que los mensajes que vienen desde arriba deben ser claros y en la medida de lo posible se necesita apoyar al hombre que se juega la vida todos los días por los demás", finalizó el propio Portaluri.