La legisladora de Compromiso para el Cambio Alicia Bello presentó un proyecto de ley para que se instaure de manera obligatoria el control de alcoholemia para los conductores de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa de la diputada se enmarca dentro de la línea que hace eje en la prevención y que, además, comparte casi todo el bloque del macrismo.
Según el proyecto de Bello, las inspecciones a los automovilistas serán efectuadas frecuentemente, de manera aleatoria en cuanto a los sitios u horarios en que se realizarán, y se tendrán muy en cuanta las zonas donde se producen la mayor cantidad de accidentes de tránsito debido a los excesos o intoxicaciones que produce el alcohol.
Las operaciones de control serán masivas y libres de discriminación de cualquier naturaleza hacia los conductores. La negativa del conductor para sujetarse a las pruebas que determinen su estado o no de intoxicación alcohólica o de otra sustancia diminutiva de las capacidades conductivas, se penará con sanciones de cien pesos, y de doscientos pesos en caso de reincidencia. Además, se inhabilitará al conductor para conducir por un término de 180 días.
La iniciativa destaca, además, que las operaciones de control deberán contar con la presencia de un funcionario responsable y, en todo momento, de un profesional médico, designados por la autoridad de aplicación. El personal médico deberá determinar, en cada caso, si al conductor sujeto al control le corresponde ser derivado a un establecimiento asistencial para ser cuidado hasta su recuperación. En esta situación, se procederá a la inmovilización del vehículo, excepto que éste pueda ser conducido por otra persona habilitada, quien deberá someterse al control dispuesto en la norma. Los gastos que se produjeran por el traslado y el depósito del vehículo, inmovilizado, correrán por cuenta del conductor o de quien resultare responsable por él o por el vehículo.