El ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, recibieron a los emisarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) en oficinas de la Casa Rosada. En representación del organismo acudieron los funcionarios Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, y Ashvin Ahuja, jefe de misión para la Argentina.
La intención del Gobierno es renegociar las condiciones y reflotar el acuerdo de facilidades extendidas que se encuentra virtualmente caído por incumplimientos.
El cónclave duró casi tres horas y participaron Luis Cubeddu, Subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental; Ashvin Ahuja, Jefe de la Misión; Ben Kelmanson, representante del FMI en Argentina y Caputo y Posse en representación del país.
Desde el ministerio de Economía indicaron que las reuniones continuarán hasta el miércoles, cuando está previsto que los enviados del FMI cierren de manera oficial su visita al país. Este lunes se produjo el primer cara a cara de los principales representantes de ambas partes.
De esta forma, las autoridades nacionales buscan destrabar fondos por USD 3.500 millones que estaban pendientes de envío entre fines de 2023 y comienzos de 2024.
A lo largo del fin de semana pasado, funcionarios de Economía y el Banco Central mantuvieron reuniones con el equipo técnico del organismo multilateral, que sigue monitoreando de cerca las cuentas públicas de la Argentina antes de sellar un nuevo pacto con el gobierno actual.
Con el guiño que recibió a mediados de diciembre, el ministro de Economía busca acceder a un “waiver” (perdón) por los incumplimientos en las metas establecidas por parte de la gestión anterior y, en simultáneo, fijar nuevas pautas en la renegociación del Acuerdo de Facilidades Extendidas.
Con esto, busca generar un nuevo cronograma de pagos, con el objetivo de que la Argentina pueda cumplir con los compromisos de deuda en 2024, evitando así el ‘default’, y lograr un desembolso, en el mediano plazo, de U$S3.300 millones, pendientes de envío desde noviembre del 2023.
Sin embargo, desde los distintos despachos oficiales hay un fuerte clima de hermetismo respecto no sólo a la cita en cuestión, sino también a los acercamientos dados entre el viernes y el domingo.
Esto puede tener que ver con el modus operandi habitual en el FMI, que prefiere mantener el perfil bajo mientras escucha y observa los números presentados por el Ejecutivo y cierra el diagnóstico que será compartido, una vez concluida la misión, con todo el directorio en Washington, previa a la decisión final, que podría demorarse un par de semanas.
Los representantes del organismo de crédito arribaron al país el pasado viernes y señalaron que su equipo técnico buscará “continuar las negociaciones sobre la séptima revisión del programa. Nuestro objetivo sigue siendo apoyar los esfuerzos en curso para restablecer la estabilidad macroeconómica en beneficio de Argentina y su gente”, agregaron.
Desde la perspectiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno arrancó con el pie derecho: Julie Kozack, la directora de Comunicaciones de la entidad financiera, elogió las primeras medidas anunciadas por Caputo que incluyeron un salto cambiario de 118%, la reducción de subsidios a la energía y el transporte y el achicamiento del Estado, entre otras.
“Estas fuertes acciones iniciales apuntan a mejorar significativamente las finanzas públicas de una manera que proteja a los más vulnerables de la sociedad y a fortalecer el régimen cambiario. Su aplicación decidida contribuirá a estabilizar la economía y a sentar las bases de un crecimiento más sostenible y liderado por el sector privado”, juzgó Kozack.
Al mismo tiempo, la portavoz del FMI remarcó que “tras los graves reveces en política económica de los últimos meses, este nuevo paquete de medidas constituye una buena base para proseguir las discusiones encaminadas a reconducir el actual programa respaldado por el Fondo”.
