El Partido Justicialista muestra su incomodidad con los últimos escándalos que ponen en el centro de la escena al expresidente. Alberto Fernández. Luego de La causa que investiga supuesta corrupción en torno a los Seguros había puesto al partido en alerta. Y las filtraciones por el presunto caso de violencia de género hacia la primera dama Fabiola Yañez ahora lo tienen en el ojo de la tormenta.
“Qué pasó ahora la p…madre”. El meme de Alberto Fernández despeinado con ese textual se convirtió en un clásico de Whatsapp durante la pandemia y siguió en los años posteriores de su mandato. La “mala suerte” del líder del Frente de Todos terminó siendo un argumento de campaña: la pandemia, la deuda, la sequía, la guerra, etcétera. Desde su vuelta al llano, el peronismo observa que el que genera los problemas es el propio expresidente que eligió Cristina Kirchner en 2019. El último es la revelación de un supuesto caso de violencia de género contra la ex primera dama Fabiola Yáñez. Y todos, salvo contadas excepciones, decidieron soltarle mano.
Desde que dejó la presidencia, y tras la derrota de Sergio Massa, el peronismo intenta reordenar el espacio. Y cada aparición de Alberto Fernández es un nuevo dolor de cabeza para un espacio que quiere dejarlo lo más atrás posible en la memoria colectiva. Ahora todo entró en una nueva dinámica. La investigación del juez Julián Ercolini sobre María Cantero, su histórica secretaria, y su esposo Héctor Martínez Sosa generó novedades hacen a la causa una verdadera mancha de aceite.
Los chats del celular de Cantero dieron cuenta de innumerables mensajes donde ella le plantea a su esposo que habló con Alberto para lograr contratos gracias a su influencia en la mesa chica de toma de decisiones. En el medio se menciona a gente del entorno de Alberto, como Agustín Rossi, Juan Manuel Olmos, Santiago Cafiero, Juan Pablo Biondi y Nicolás Ritacco.
Las esquirlas de cada caso aislan cada vez más al expresidente. A la cuestión judicial por sospechas de corrupción se le sumó una nueva, presunta violencia de género. Ese fue el último detonante.
“El tipo más abucheado”
“Todos lo están insultando. Los que eran de su equipo por no defender a ninguno y no haber generado un espacio de poder frente a Cristina. Lo insultan los camporistas por no haberse alineado a CFK. Lo insultan los que eran gobernadores porque no tomaba decisiones. Lo insultan los jueces que ahora le miden el aceite. Lo insulta Massa por todo lo que no hizo en la campaña. Debe ser el tipo más abucheado de la historia peronista”, resumió un dirigente que gremial que estuvo a su lado los 4 años.
La persona que más fuerte disparó sobre su figura (en público) fue la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. Figura central en La Cámpora, la jefa comunal dijo a CNN Radio: “Como militante feminista y con hartazgo, no voy a dejar de opinar y emitir lo que considero. No me importa si fuera presidente, empresario, gobernador o un dueño de un canal de medios. Hay un límite que no me importa si es políticamente correcto o no”.
Mendoza finalizó con su posición sobre este tema: “Es un hombre con características y conductas particulares. Esas conductas es de un hombre que no respeta a las mujeres. Y cuando no se comienza a respetar a las mujeres escala en otras situaciones y puede terminar en violencias verbales, psicológicas y hasta físicas”.
También las mujeres del Frente Renovador, repudiaron los posibles hechos de violencia del expresidente.
¿Cómo será el futuro inmediato de Alberto? Nadie se animó a brindar una respuesta concreta. Todos los consulados por este medio hablaron de él como un “cadáver político”. Pero muchos advirtieron que, así como la exsecretaria podría estar mandándole un mensaje para que no la deje sola en la causa judicial, “él también maneja mucha información de todos. Puede ser un efecto dominó horrible”.