El juez federal, Gustavo Lleral asumirá este lunes su máximo desafío como magistrado: llevar adelante la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado. La causa, de la cual fue apartado el juez original, Guido Otranto, tiene un altísimo nivel de exposición pública y tanto el Gobierno como la oposición, siguen expectantes su desarrollo.
La mayor incógnita gira en torno a las medidas de prueba que ordenará Lleral, es decir, qué impronta le dará al expediente que recibió y qué rumbo tomará, en consecuencia, la causa que tiene en vilo a la Argentina.
El viernes, Otranto fue separado de la instrucción, a pedido de la familia Maldonado, por la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia. Entre las razones, se esgrimió que el magistrado, quien dijo en una entrevista que la hipótesis de que Santiago se haya ahogado en el río Chubut era la más razonable, no se comportaba con la suficiente imparcialidad.
Lleral, que es catalogado como un hombre de bajo perfil, se desempañaba al frente del Juzgado Federal 2 de Rawson. Ahora atenderá la causa Maldonado en forma exclusiva por 60 días, aunque le resta definir si establecerá su base de trabajo en Esquel o Rawson. Hasta el momento, no ha formulado declaraciones y sólo trabaja en su interiorización a fondo del expediente que acumula más de 4 mil fojas.
Al frente del Juzgado Federal 2, el magistrado recibido en la Universidad de La Plata actuó en varias causas relacionadas con el tráfico de drogas, aunque el caso más resonante fue el hundimiento del pesquero El Repunte -tres muertos y 7 desaparecidos-. Desde este lunes todas sus causas quedarán a cargo del subrogante Hugo Ricardo Sastre.
Por su parte, la familia del tatuador desaparecido hace 53 días pidió que “dejen trabajar” al nuevo juez, se puso “a su disposición” y manifestó tener “todas las esperanzas” en que llegará a la verdad.
Según Sergio Maldonado, “ya se perdió mucho tiempo” por el mal accionar de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y del juez Otranto.
Hasta el momento, las hipótesis más firmes son dos: Santiago se ahogó al querer cruzar el río para escapar de la Gendarmería o fue capturado por los efectivos (como aseguran testigos mapuches). El análisis que se sigue efectuando en estos días sobre los 70 celulares secuestrados a los gendarmes podría dar nuevas pistas.