El analista político, Alejandro Catterberg, se refirió a la actual imagen del presidente de la Nación, Javier Milie, y explicó: “Desde que asumió Javier Milei, en Poliarquía hicimos dos mediciones nacionales: una en diciembre y otra en enero. Vemos a un Presidente que tiene un consenso social importante, mantiene la aprobación y apoyo de casi la totalidad de sus votantes del balotaje”.
“En enero consiguió el consenso de una fracción mayor de la población. En sus primeros números, tenía un nivel de aprobación del 67%, en línea con lo que generalmente muestran los primeros meses de los presidentes, por lo menos en Argentina. La aprobación de Milei cayó 9 puntos, hoy la encontramos en 58%. Algunos otros indicadores de apoyo a Milei y su gobierno oscilan entre el 58% y 61-62%. Se va acercando al número de gente que lo votó”, subrayó.
Y agregó. “Básicamente, en términos demográficos hay una diferencia muy profunda y creo que, además, tendrá en el corto plazo implicancias políticas, que es la diferencia entre cómo evalúa al Gobierno y a Milei la gente de la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, y la gente del interior del país. Milei es más valorado en el interior y más rechazado en el Conurbano. Hay una marcada diferencia”.
Catterberg sostuvo además: “La aprobación de Milei es mayor entre los más jóvenes y va descendiendo a medida que aumenta la edad. La diferencia regional, que también se vio en las elecciones con una victoria de Milei muy rotunda en todo el interior del país, en Buenos Aires perdió y en la Ciudad (donde el Pro era más fuerte y no hizo una gran elección), sigue estando y se amplía. Milei en el AMBA tiene más desaprobación que aprobación, alrededor de más del 50% de esa desaprobación y 45% o 48% de aprobación. Pero ya se invirtió, mientras que en el interior del país el nivel de apoyo y aprobación es significativamente más alto”.
“Cuando uno ve a Milei y a su gestión y pregunta en qué se sostiene políticamente este proyecto, dónde están las raíces que hacen que se fortalezca y le dan estabilidad a este proyecto político que se está construyendo, en la opinión pública hoy, no es en tener control territorial, un partido histórico o con control en el Congreso, los sindicatos o movimientos sociales y controlar la calle o el Ejército, como era Jair Bolsonaro”, precisó.
Y subrayó: “Hoy el ancla política de Milei es la opinión pública. Es poderosa: cuando la opinión pública la tenés a tu favor, como hoy el Gobierno la tiene (y además ninguna otra fuerza política o dirigente político tiene niveles de apoyo significativos), le da mucho margen. Es un ancla poderosa, pero muy volátil que, además, como viene, se va. Más en estas épocas en las que los cambios sociales son cada vez más rápidos, los cambios de humor son cada vez más acelerados y lo que hoy parece una cosa en poco tiempo se puede invertir fuertemente”.
Por último, el analista explicó: “La evolución de los presidentes, en términos de opinión pública, se trata de administrar las caídas. Todos los presidentes llegan, asumen y tienen alrededor del 70% de aprobación y esto va en descenso con el paso de los tiempos. Por lo tanto, el riesgo que encara Milei es que no aproveche esta etapa para construir algún otro ancla política a medida que van pasando los meses, porque tarde o temprano, en un contexto en donde la crisis económica está todavía por delante, el favor de la opinión pública irá desapareciendo”.