Según lo dispuesto por los gobiernos de la Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, al único hogar que podrá concurrir el Padre Julio Cesar Grassi es al de ancianos que posee en el barrio porteño de Flores, debido a que el resto de los centros asistenciales son habitados por niños.
El impedimento establecido este martes por el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad es similar al que días atrás dispuso la Subsecretaría de la Minoridad de la Provincia de Buenos Aires. En el caso porteño, la titular del Consejo, María Elena Naddeo, está amparada por la Ley 114, que es la que regula el organismo que conduce. Ambas prohibiciones durarán hasta que culmine el proceso que la Justicia le está siguiendo a Grassi por presunta corrupción de menores.
La resolución del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes que establece las prohibiciones en la Ciudad alcanza a dos hogares: el San José Obrero, en el que habitan 22 menores, que está ubicado en la calle Charlone, y donde además funcionan una escuela a la que concurren otros 50 chicos del barrio y un centro de Telemarketer; y otro que comparte con una congregación de monjas, en la que se atienden a mujeres en situación de prostitución, pero también allí viven niños.
"El sentido de la resolución es preventivo y tiene que ver con otras disposiciones del Gobierno de la Ciudad, que como mucho menores están por delitos que ni siquiera están tipificados en el Código Penal, se separa a docentes o a los adultos que están a cargo de las instituciones donde mientras se desarrolla el sumario o el juicio correspondiente. O sea que es absolutamente preventivo, no implica opinar sobre el fondo de la causa, pero no corresponde que una persona procesada por delitos contra menores de edad esté en contacto con chicos", concluyó Naddeo en el programa Hoy por hoy que se emite por Radio Mitre.
