La legisladora porteña Beatriz Baltroc se fue del Partido del ARI y envió una carta a los militantes de la agrupación en la que explicó las causas. Dice lo siguiente:
"Los sucesos que se desataron a partir de diciembre de 2001 marcaron nuestra vida política. Junto a nuestra participación en todas las movilizaciones, nos replanteamos cuestiones políticas de fondo. Comprendimos que, a pesar de avances y retrocesos, se había producido una ruptura y que sería definitiva en nuestro país.
Como militantes y desde la gestión legislativa en la ciudad de Buenos Aires, intentamos acompañar este proceso inédito en cuanto a la organización y la participación popular, asumiéndonos como una parte más de un conjunto de organizaciones y militantes que van articulándose horizontalmente y sin hegemonías, pero sabiendo que queremos un cambio de fondo, en el que ya no hay lugar para medias tintas.
Como miembros de ARI apostamos a una construcción partidaria democrática, abierta a las organizaciones sociales y presente en todos los conflictos populares. Apostamos a un partido con una ideología clara que sostuviera en la práctica diaria su compromiso con la lucha y el dolor de nuestro pueblo. Esto no fue posible. Con bronca y desilusión, comenzaron a alejarnos cuestiones metodológicas, políticas e ideológicas.
En el funcionamiento interno se repitieron las prácticas de los partidos tradicionales, con la instalación de un creciente autoritarismo junto a la intención de acallar o desoír los debates.
En lo político, la dilapidación del espacio de Bambalinas por el "Que se vayan todos" -que articulamos junto al diputado nacional Luis Zamora, a la Central de Trabajadores Argentinos y a numerosas organizaciones políticas y sociales- fue una fuerte señal de alarma. Luego, con el acercamiento del proceso electoral, fue produciéndose un peligroso viraje que, entre otras expresiones, se plasmó en la elección del candidato a vicepresidente, en los desafortunados halagos a López Murphy y, en la Ciudad de Buenos Aires, en la posibilidad de apoyar la reelección de Aníbal Ibarra.
Sin duda las personas no son abstractas, encarnan principios, ideas y programas. Gustavo Gutiérrez y López Murphy pertenecen a partidos que representan la ideología conservadora y liberal, son co-responsables de la miseria de nuestros compatriotas. Aníbal Ibarra traicionó el mandato popular que lo llevó al gobierno transando con las corporaciones, avalando la enajenación de bienes públicos, avasallando derechos básicos y habilitando el clientelismo político.
En lo ideológico, el tema más trascendente es la reivindicación cada vez más explícita del sistema capitalista, bajo la propuesta de un supuesto "capitalismo sano". Así se fueron delineando, cada vez con mayor claridad, definiciones programáticas sobre el destino de las empresas privatizadas o frente al pago de la deuda externa, con las que decididamente no coincidimos.
Por todo esto y después de haber dado largas discusiones en las que nos sentimos cada vez más ajenos, es que hemos decidido no acompañar más esta experiencia. Y hemos resuelto hacerlo ahora, antes de que Elisa Carrió confeccione las listas de candidatos, para evitar todo tipo de suspicacias.
Respetamos el trabajo consecuente de Lilita así como el de muchos compañeros con los que transitamos hasta hoy este camino. Pero creemos que ya no es hora de liderazgos personalistas sino de construcciones colectivas. Los ciudadanos están cansados de discursos. Nos demandan una presencia cotidiana en los conflictos junto a acciones cada vez más comprometidas.
Por otra parte consideramos que en Argentina, como en el resto de América Latina no es suficiente con transformar el modelo. No creemos que la salida siga siendo el capitalismo, lo que necesitamos es cambiar un sistema esencialmente injusto.
En este sentido va nuestro compromiso, el que conocen los vecinos de esta ciudad con los que hemos compartido largas horas de trabajo. Y seguiremos por este camino, aunque tengamos, una vez más, que volver a empezar".