Cristina Fernández de Kirchner pareciera ser la única gran electora del peronismo, a pesar que entregue el sello PJ. Y quizás sí lo sea. Es importante esto…, ¿suma o resta? Se presentará finalmente o es sólo el “aprete” para condicionar espacios y nombres y evitar estar en las PASO, a título personal o como capa de los K.
El Peronismo, que siempre se reinventó adaptándose a las tendencias dominantes en el mundo y en la región, parece haber perdido la brújula en términos de cómo retomar el poder perdido absolutamente ante el aluvión amarillo del 2015.
Resulta en estos tiempos que algunos intendentes del Conurbano, principalmente de la tercera sección y algunos de la primera más “concheta”, entienden que sostener su gobernabilidad local en el Concejo Deliberante y quizás hasta los Consejeros escolares, es mucho más importante que reposicionar ante la gente que ya le dio la espalda a Cristina y Scioli, un nuevo proyecto nacional de país que constituya una alternativa al oficialismo para la sociedad argentina.
El federalismo que posee este movimiento, Frente o PJ o como lo quieran llamar no es menor. Domina hace años una importante cantidad de Provincias que sólo a veces bajan del 75 por ciento, lo que le brinda una solvencia de gobernabilidad en el Senado que administra allí el rionegrino Miguel Pichetto.
La Provincia de Buenos Aires -está mil veces dicho- es la madre de todas las batallas, sobre todo mientras a éstas elecciones no las separen de las nacionales. Pero ¿se puede repensar el peronismo como proyecto nacional, federal y revolucionario desde la intendencias de un Conurbano?, que sufren las consecuencias decadentes de gobiernos peronistas desde el año 1987 hasta principios del año pasado. No parece lógico que la pobreza acumulada, el nivel de marginamiento y necesidad imperiosa de revertir la tendencia a la baja que alcanza la mayoría de sus municipios, sea sólo responsabilidad de María Eugenia Vidal, la mejor dirigente del Pro a nivel nacional. Y que muchos de sus responsables aún en funciones planifiquen el futuro con el mapa de un pasado que retrocede la historia.
Cristina tiene un piso interesante en esta elección y un techo similar al de Carlos Menem en 2003, dentro de dos años. ¿Cuál es el negocio de apostar a lo que ya fue derrotado? Los dos sacaron mas del 50% en sus reelecciones…y seguirán un mismo recorrido, sin dudas.
Hay que meter a los pibes de la Cámpora en las listas, OK. Hay que garantizar los Concejos Deliberantes del Conurbano, OK. Hay que intentar lograr un piso de votos decoroso, OK. Pero no es necesario hipotecar al peronismo y aliados para dentro de dos años en nombre de estas premisas, obligarlo a seguir tirado con menosprecio desde el kirchnerismo dos años más para no pasar un ballotage en 2019 ni a palos. Se debe poder hacer de otro modo. Esto es Menem II, con distinta ideología y personalidad, pero políticamente es la misma jugada. Dos tercios del país te darán vuelta la cara. Si hacés lo mismo, por qué razón va a cambiar el resultado. Todavía hay algo de lógica en la política, está todo inventado y dos por dos sigue dando cuatro. Es de manual, no necesitás las redes sociales ni a Durán Barba.
¿Randazzo es la salvación?. No, o quizás si se alinean lo planetas sí. Durmió un siesta prolongada, que le quitó tener masa crítica ante esta maniobra. ¿Es un winner? Tampoco, pero tiene la oportunidad de ser algo parecido a Massa si derrota al kirchnerismo en estas PASO. Por eso no se las dan por ahora.
¿Deberá jugar más a fondo la Liga de Gobernadores? La respuesta a tanta mediocridad debería venir de los Uñac, los Peppo, Urtubey, Bordet, etc. Quizás sea más lento el camino pero más sólido. Y sin los Insfrán que denigran la historia del Movimiento.
El peronismo hace 30 años que no encara una elección provincial sin el aparato nacional ni el provincial. El PRO aprendió con alguna dificultad a disciplinar con la caja. Esto no es un tema menor donde las necesidades se resuelven con plata. Sí, hay más ecuanimidad que antes por el color partidario, pero la elecciones son demasiado importantes para regalar más de la cuenta.
Ya se fueron varios de los Barones: pero la irresponsabilidad de los intendentes panqueques del peronismo pueden sacarlo de carrera para la pelea grande del 2019. Están los convencidos de apoyar a CFK a cualquier precio, pero son los menos, los que realmente la quieren. A ellos nada que reclamar, mueren con ella. Digno.
Pero los demás es vergonzoso por la poca grandeza, es lo que explica lo dura que fue la derrota. Y lo que puede explicar la próxima en octubre.