Los inspectores del gobierno de la provincia iniciaron una inspección de rutina en el lugar y descubrieron que tanto en la sala de elaboración, en los fondos, en el restaurante y en las inmediaciones de la planta elaboradora de Atalaya las condiciones de higiene y salubridad eran deficientes y ponían en riesgo la salud de los consumidores.
La titular de la Oficina de Alimentos, Mónica López, precisó que encontraron “muy malas condiciones de higiene en la sala de elaboración, cables colgando, grasa acumulada con riesgo de incendio, tableros de luz en mal estado, elevado riesgo de contaminación cruzada entre alimentos dentro de las cámaras frigoríficas”.
Agregó que, detrás del establecimiento, hallaron un basural de cartones, bolsas con desperdicios, medialunas de días anteriores en el piso, chapas, escombros y un taller de reparación con repuestos en desuso.
“Además de la falta de higiene, el local y el establecimiento estaban llenos de moscas, insectos y telarañas, dado que no contaban con un adecuado sistema de Manejo Integrado de Plagas (MIP)”, contó López.
El ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, explicó que “la clausura preventiva y en salvaguarda de la salud pública cesará, únicamente, cuando se reviertan las condiciones en las que encontramos los locales”.