Y, al respecto, había advertido: “Actualmente, casi todas las personas que sufren un paro cardiorespiratorio extrahospitalario fallecen, dado que la tasa de sobrevida es menor al 3%. Pero si hiciésemos las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP), concientizando a la población de su importancia y poniendo los Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en los lugares que tienen que estar, se podrían salvar diez o quince vidas por día”.
Y así fue. El Gobierno de la Ciudad instaló desfibriladores en todas las sedes y subsedes comunales, además de la Secretaría de Descentralización. Además, el personal de estos lugares fueron capacitados para el uso de este equipamiento y en las técnicas de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
“Mientras más seamos los que sepamos cómo desempeñarnos ante un episodio cardiovascular, más protegidos estaremos y más vidas salvaremos. Vamos a continuar con la instalación de equipos como estos en edificios municipales e instituciones deportivas. También capacitaremos a los vecinos”, prometió el vicejefe porteño, Diego Santilli.