Mientras continúan los trabajos de remoción de la estatua de Cristóbal Colón detrás de Casa Rosada, el arquitecto a cargo de la obra opinó sobre el traslado de la obra a Mar del Plata que pretende tornar cierto el Gobierno nacional y que todavía ongs y la comunidad italiana tratan de frenar, con aval de la Legislatura.
Luis Chaia, titular de la empresa “Chaiaco Restauración de Fachadas y Monumentos” explicó que los trabajos de restauración se realizaron entre 2006 y 2007. Allí se repararon fisuras del mármol, que fueron selladas y se les colocó un protector contra los rayos ultravioletas; se limpió la suciedad y el ennegrecimiento, provocados por la contaminación ambiental; también los excrementos de animales y la grasitud del hollín.
“No se habían detectado pérdidas del material, aunque sí biodeterioro que provocan los organismos vivos, como hongos y musgos, que retienen la humedad y producen ácidos que modifican el color de la roca”, explicó el especialista en diálogo con Clarín.
Como muchas otras obras y monumentos construidos entre fines del 1800 y principios del 1900, la figura de Colón llegó al país en bloques. El Palacio de Aguas Corrientes (en Córdoba y Riobamba) es uno de los ejemplos: los ladrillos esmaltados de la fachada y las piezas cerámicas fueron fabricadas en Bélgica e Inglaterra y arribaron a Buenos Aires numeradas, para facilitar el montaje. “Que sean una especie de mecano no significa que se puedan desarmar y volver a armar. Corren un riesgo innecesario”, detalló Chaia.
El Gobierno nacional y el porteño están en puja judicial por el traslado. A través de una cautelar, la Justicia prohibió sacar a Colón de allí hasta el 12 de diciembre. En Presidencia insisten con llevarlo a Mar del Plata y emplazar en su lugar la figura de Juana Azurduy. Mientras tanto habilitó al Gobierno nacional a que siga los trabajos de restauración.