El presidente Javier Milei inauguró el 142° período de sesiones ordinarias del Congreso ante la Asamblea Legislativa. Ésta no fue una apertura como cualquier otra, ya que el ‘espectáculo’ que se montó en el recinto marcó – una vez más – un hito de cómo hacer política.
La primera sorpresa que impactó en el ámbito legislativo fue la propuesta del Gobierno de realizar la sesión a las 21:00, cuando siempre se hizo al mediodía. La revolución y el asombro fueron tales que desde la propia prensa del Congreso salieron a informar que no se trataba de una información falsa.
En tanto, los legisladores nacionales estaban azorados por la estrategia lanzada por el jefe de Estado para que la sociedad pudiera escuchar su discurso y estuviera en el prime time de la TV. Algo que le resultó efectivo porque Milei logró un pico de 50 puntos de rating entre la televisión abierta y por cable. Un dato no menor.
Con una duración de 73 minutos, el discurso del presidente recorrió diferentes áreas, aunque el foco estuvo puesto en la economía. El tono de su alocución dejó a más de un funcionario con la boca abierta cuando el mandatario expuso: “Los últimos 20 años han sido un desastre económico, una orgía de gasto público (…)”. Cabe destacar que el vocabulario que utilizó y la impronta que suele manejar el exdiputado no dejaron que nadie saliera del asombro, más allá de que tiene acostumbrada a su audiencia.
Asimismo, los palcos se convirtieron en su propia tribuna, algo que cuestionaba del kirchnerismo cuando gobernaba. Mediante cántitos contra la ‘casta’ que estaba allí sentada, los seguidores de Milei habían transformado la Cámara de Diputados en un Boca vs. River. La historia se repetía.
Desde la oposición, la postura fue no responder a los agravios y mantenerse en silencio, salvo algunos diputados y senadores del Pro, que aplaudieron en varios momentos del discurso, sobre todo, cuando el libertario se refirió a Máximo Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Juan Grabois y Pablo Moyano como los “jinetes del fracaso”.
Por otro lado, el gran operativo de seguridad montado en los alrededores del Palacio Legislativo también llamó la atención. La decisión del Gobierno fue colocar a efectivos de la Casa Militar, a las fuerzas federales y a la Policía de la Ciudad, que se desplegaron por un importante perímetro que rodeada al Congreso.
El Pacto de Mayo: un punto clave
Luego de las disputas políticas con los gobernadores y en especial con el chubutense Ignacio Torres, el presidente dio vuelta la página y convocó a todos a firmar el llamado “Pacto de Mayo” que incluye diez ejes centrales.
Entre los puntos se encuentran: la inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal innegociable; la reducción del gasto público; una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva; rediscutir la coparticipación federal de impuestos; un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales; una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema; una reforma política estructural y la apertura al comercio internacional. Un extracto casi calcado del Consenso de Washington, que fue pensado en 1989 por el economista John Williamson.
Pero, a pesar del intento de acercamiento, Milei no se privó de pasar una advertencia para los gobernadores. “Están ante un momento bisagra en la historia argentina -les espetó-, pueden aferrarse a un sistema injusto, del cual la mayoría de la sociedad es víctima o bien pueden dejar sus intereses particulares y prejuicios ideológicos de lado, colaborar con nuestra visión del cambio, ayudarnos a transformar el país y pasar a la posteridad como patriotas”.
A través de una doble jugada, el economista apuntó contra los jefes provinciales, pero, al mismo tiempo, los llamó para acordar. Caída la Ley de Bases y Punto de Partida para la Libertad de los argentinos y a punto de ser rechazado el ‘mega DNU’, la susceptibilidad de Milei aumenta con el correr de las horas. Incluso, cuando finalizó su discurso, manifestó ante la prensa que no confiaba en los gobernadores.
Si bien algunos de ellos salieron a respaldar la convocatoria del presidente, otros mandatarios no están convencidos e interpretaron el acuerdo como una obligación, más que como un consenso. En política nada se olvida y Milei responsabilizó a los jefes provinciales porque la Ley Ómnibus no haya prosperado en el Congreso.
“Si eligen estar a la altura de las circunstancias y presentarse en Córdoba para firmar el Pacto de Mayo, tanto yo como el pueblo argentino reconoceremos ese gesto como un acto de humildad y valentía, y una señal clara de que podemos trabajar juntos sin rencores”, les advirtió el presidente. Una clara señal de que si apoyan a su Gobierno estarán a favor de la sociedad, pero, en caso contrario, serán unos traidores y allí sí comenzará una verdadera guerra en la que no habrá tregua alguna.
De esta manera, el libertario abrió un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso, aunque pareciera ser que las dificultades y los acuerdos no llegarán de modo alguno y, encima, de ello dependerá la gobernabilidad. Un nuevo capítulo comenzó a escribirse y habrá que ver cuál será su final.