El Gobierno de Cambiemos podría conseguir dictamen en Diputados para llevar adelante la reforma electoral que impondrá la boleta única electrónica a partir de 2017, un as en la manga para Mauricio Macri.
Las especulaciones del oficialismo en torno a un nuevo sistema electoral, se centran en coronar su gobernabilidad y lograr un golpe fuerte en el corazón del peronismo en la Provincia de Buenos Aires.
Una de las promesas de campaña del exjefe de Gobierno porteño fue la eliminación de un sistema obsoleto y engañoso como las colectoras, la lista sábana y la Ley de Lemas (como rige en la provincia de Santa Cruz), al menos en las elecciones nacionales.
Gracias al apoyo del Frente Renovador, el deseo del Gobierno está por cumplirse. El diputado nacional, Sergio Massa, adelantó que su fuerza apoyará la reforma, ya que logró imponer la paridad de género en las listas de candidatos, junto a su esposa, Malena Galmarini, la cual comenzó a tener un rol fundamental en la escena política para poder impulsar su candidatura en la Provincia en los próximos comicios.
El oficialismo estuvo obligado a reunirse en Olivos con los jueces Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, integrantes de la Cámara Nacional Electoral (CNE), donde realizaron varios reclamos y el Gobierno tuvo que ceder para que la reforma electoral no quedara trabada y pudiera avanzar. Hoy toda situación obliga a consensuar.
Por otra parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña pasó por el Senado, instando a los legisladores a sancionar la reforma antes de fin de año.
Los puntos claves de la reforma son los siguientes:
– Impone el uso de la boleta electrónica en todo el país, pero admite que el escrutinio provisorio se hará como siempre, en las mesas, con respaldo de papel. Esto último fue un pedido del peronismo, para generar más confianza en el conteo. Cambiemos y el Frente Renovador quieren que se vote así en todo el país en 2017. El Frente para la Victoria, y la Justicia, prefieren que se aplique el nuevo sistema de manera gradual.
– Vuelve a autorizar a policías y militares a votar en los lugares de destino en el día de la votación. Eso recrea los agregados al padrón en cada mesa, que eran considerados una fuente de irregularidades.
– Impone el cupo del 50-50 para los sexos en las listas. Según la reforma, deberán ir intercalados una mujer y un hombre.
– El consejo de seguimiento integrado por los partidos dependerá de Ministerio del Interior sin control de la CNE. Esto lo rechaza la Justicia.
– El escrutinio provisorio se lo queda también el ministerio. La cláusula dice que: “La Cámara Nacional Electoral reglamentará las condiciones del servicio de carga y procesamiento del escrutinio provisorio, que estará a cargo de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior”. La Justicia lo rechaza.
– Las boletas electrónicas a senador deberán incluir el primer titular de cada partido. En el caso de los diputados, a los tres primeros de la lista.
– El vicepresidente no va a las PASO. Lo elige el ganador de la candidatura dentro de su partido, que lo debe aceptar. El peronismo quiere que ese vice surja de los nombres de candidatos que hayan participado de las PASO.
– Hay sanciones a quienes hagan denuncias temerarias de fraude: “Si el comportamiento de quienes recurran o impugnan votos fuere manifiestamente improcedente o respondiere claramente a un propósito obstruccionista del desarrollo normal del escrutinio (…) la Junta Electoral Nacional podrá declarar al resolver el punto, temeraria o maliciosa la conducta del recurrente”.
– Simultaneidad: el proyecto insiste en que se avance por acuerdos con los distritos para que las elecciones de todas las categorías sean el mismo día. Esto tiene, según el peronismo, observaciones de constitucionalidad. Queda abierto a discusión.
Desde Cambiemos, se apuntaba a una aplicación gradual de la reforma con miras al 2019 pero el panorama cambió y se adelantó.
El apoyo de Massa, el cual busca sacar su beneficio en la Provincia con este nuevo sistema, será la clave para una elección novedosa en el país, sólo con antecedentes en la provincia de Salta y Capital Federal.
En Diputados, Macri contará con la mayoría de los bloques, excepto con la del Frente para la Victoria, lo cual ya no implica mayores riesgos.
En el Senado cambia la dinámica, debido a que necesitará el acompañamiento del bloque de Miguel Ángel Pichetto.
Con la ayuda de los diferentes bloques, Cambiemos puede lograr un cambio de paradigma con un nuevo sistema electoral, el cual, para muchos será un dolor de cabeza y para otros, un alivio.
