A raíz de la creación en 2012 del Sindicato Unido de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (Sutpla), miles de presos de las cárceles federales del país pueden percibir salarios que equivalen al mínimo vital y móvil. Como paga por sus prestaciones laborales, los reclusos cobran hasta 4400 pesos.
Según un informe publicado por el matutino Perfil, en septiembre el Estado gastó 31 millones de pesos en salarios para los privados de la libertad. El pago se realiza cuando el interno que realiza seis horas de trabajo diarias, cumple las 200 horas de trabajo, situación que ocurre en el 95% de los casos.
El sindicato, que forma parte de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) que conduce Hugo Yasky, tiene representantes gremiales en el Penal de Villa Devoto, los Complejos Penitenciarios I y IV de Ezeiza, la Unidad nº 4 de la cárcel de la ciudad pampeana de Santa Rosa, el Complejo II de Marcos Paz y una filial en el penal de la ciudad rionegrina de Viedma.
El gremio tiene como próximo objetivo que los internos sean bancarizados y cobren sus haberes a través de tarjetas de débito. Hasta hoy, el salario es abonado con cheques que sus familiares pueden cobrar con un poder firmado por el detenido.
Según fuentes penitenciarias, en el año 2008 trabajaban cuatro mil internos, menos de la mitad de la población total. En 2010 el número llegó a 5.300. Pero fue a partir de 2012 cuando se incrementó el número. Los que perciben el salario son condenados y procesados.
