La sesión de este miércoles en la que la Cámara de Diputados aprobó el proyecto del Poder Ejecutivo para estatizar los ferrocarriles, seguramente, quedará en la memoria de muchos. Dado que, sorpresivamente, y por primera vez en mucho tiempo, el bloque Frente para Victoria optó por no hacer ostentación de bancas y se abrió al debate. Aceptando, incluso, la incorporación de propuestas impulsadas por diputados opositores. Dándose en la votación la paradoja de que el PRO terminara apoyando la moción, mientras que el Frente de Izquierda se manifestó en contra.
La votación terminó con 223 votos afirmativos -la UCR, el Frente Renovador, la Coalición Cívica, el Socialismo y el Movimiento Popular Neuquino también acompañaron-, 4 en contra, 7 abstenciones y 23 ausentes. El legislador macrista que mayor protagonismo obtuvo en el recinto fue Federico Sturzenegger, quien por un rato abandonó su rol de férreo opositor al gobierno nacional y sumó un artículo al proyecto oficial, al tiempo que elogió la iniciativa.
“En la historia de los ferrocarriles, el partido gobernante nos llevó del estatismo absoluto a la privatización total -sostuvo-. Este proyecto logra un balance con un Estado que invertirá en la infraestructura necesaria mientras que le permite al capital privado competir en la operación de manera sana”, dijo.
En tanto que, la izquierda justificó su negativa a acompañar la estatización al aducir que “no podemos acompañar un articulado que permite repetir la vieja historia del Estado bobo que absorbe pasivos que resultan del desguace realizado por los privados, reconstruye y pone a punto la red para luego volver a concesionarla”, según advirtió Claudio Lozano, también candidato a jefe de gobierno porteño.