Con un discurso con fuerte acento presidencial, arengando para recordar el primer triunfo de su fuerza con miras hacia la meca de 2015, el diputado Sergio Massa convocó en la tarde de ayer a todos sus dirigentes para celebrar los 12 meses de la victoria en las PASO de 2013.
El evento tuvo lugar en el Polideportivo Municipal del municipio de Almirante Brown –como había adelantado Noticias Urbanas hace dos semanas, en lo que fue considerado un guiño al jefe del bloque de diputados nacionales, Darío Giustozzi, quien se encargó de toda la logística del acto que superó las 800 personas, con una amplia mayoría bonaerense entre legisladores, intendentes y concejales.
“Un año de trabajo y de confianza de la sociedad. La primera lección es que tenemos la obligación de seguir consolidando esa confianza, con la idea de construir una Argentina unida, con orden y progreso, y de pelear por los verdaderos problemas que tiene la gente. Hoy se habla mucho de holdouts, de deuda, de buitres, pero en realidad hay otros buitres que están afectando la vida cotidiana de la gente“, señaló Massa durante su discurso.
Además, retomó su discurso de cambio de época y remarcó: “Hasta acá con la Argentina dividida, hasta acá con la prepotencia de quienes quería imponer una agenda distinta a los problemas de los argentinos. Un grupo que demostró que se terminó la Argentina del látigo y la chequera, que viene un tiempo nuevo en el cual la gente derrota a aquellos dirigentes que se abrazan a los cargos, a la estructura. Un grupo de intendentes que se animó a soñar“.
Y para los que cuestionan el estilo catch-all de armado partidario con dirigentes muy heterogéneos entre sí, reiteró: “Tenemos la vocación de seguir sumando sectores progresistas, radicales, peronistas, de sumar a todos aquellos que tengan ganas de construir el futuro y no de discutir el pasado. La gente está harta de ver a la política buscando culpables”.
En medio de un clima triunfalista, fuentes del massismo informaron a NU que fue el propio ex intendente de Tigre quien decidió la lista de oradores, como siempre, para mandar un mensaje interno: primero el intendentes José Eseverri, uno de sus alfiles desde que comenzaba el distanciamiento con el kirchnerismo y representante de lo que para el massismo son los independientes o no PJ.
Luego habló el anfitrión, Giustozzi, lo siguió el diputado Felipe Solá (ambos junto a Tundis encabezaron la boleta ganadora del año pasado). Los dos precandidatos a gobernador bonaerense fueron un gesto simbólico de respaldo a los propios, tras los ruidos generados por la casi segura incorporación de Martín Insaurralde. Antes del cierre de Massa, habló el ex ministro Roberto Lavagna, quien es una de las pocas personas con capital político y prestigio social que tiene el FR, y a quien Massa cuida como el oro para que no se lo arrebate Daniel Scioli.
Desde el massismo dejaron trascender que Massa le hizo saber a Giustozzi su voluntad de que de una vez por todas haga su lanzamiento formal como precandidato a gobernador (sería a principios de septiembre). Nada librado al azar: Massa quiere dejar sentado que venga o no Insaurralde, hay equipo.