“Estoy con lumbalgia hace tres días, en reposo y tratamiento”, explicó Giustozzi al ser consultado sobre la catarata de versiones sobre su destino político. Convaleciente, es respetable su momentáneo silencio. Aunque por todo lo que calle, los demás lo hablan por él.
Dos fuentes massistas, una del Pro y otra del Frente para la Victoria relataron a Noticias Urbanas desde diferentes ángulos la situación actual del jefe del bloque de diputados nacionales del FR. Todos coinciden en que ya está fuera del massimo y, algunos, dan indicadores precisos de la orientación que busca.
De la reconstrucción de versiones –todas fuera de micrófono, por ahora- surgen varios datos llamativos que sugieren (aunque el giustozzismo se indigne) que el diputado al menos tiene un pie afuera del FR: el primero es que mantuvo días pasados una reunión a solas y privada con la ministra de Gobierno sciolista, Cristina Alvarez Rodríguez. Este encuentro fue confirmado por el entorno del diputado.
Otro indicador es su actitud en el Congreso. “No sólo cambió de despacho mudándose de edificio sino que se ausentó sin aviso de la sesión del miércoles y dejó trascender que se desentenderá de los asuntos legislativos”, explica un massista. Aún más impactante: un operador kirchnerista asegura que le miércoles por la noche, Giustozzi habló por teléfono con uno de los diputados oficialistas más influyentes para hacerle sabe que está “dispuesto a negociar” su salida del massismo y, tal vez, su reciclado al kirchnerismo.
En el FPV la idea que prima no es sólo no darle pista libre (ni que se integre, en un caso hipotético, al bloque, sino que conforme un tercer espacio) sino analizar la jugada con cautela por las implicaciones que podría tener con la candidatura de Sergio Massa, a la cual ni el kirchnerismo ni el macrismo quieren ver truncada antes de las PASO (por razones puramente egoístas, claro).
Otro elemento que despertó un huracán de rumores en el massismo bonaerense fue la actitud del intendente en ejercicio de Almirante Brown, Daniel Bolettieri. No sólo ayer se sacó foto con Daniel Scioli (quien visitó el municipio dos días contiguos, miércoles y jueves) y el ministro Alejandro Granados, sino que hubo declaraciones públicas demasiado amigables, especialmente en medio de la ola de versiones ambiguas. “Bolettieri es un amigo y tiene el portón abierto con nosotros”, dijo Granados, según informó el medio local Ciudad Uno que estuvo presente en el acto sciolista.
Uno de los coroneles macristas también ratificaron a NU que Giustozzi “está ido” del massismo, basado en los diálogos que mantiene con referentes del FR todas las semanas para testear el nivel de transfuguismo (que toca picos inusitados por estos días).
Ahora bien, el giustozzismo asegura que esto no es así. Uno de sus operadores respondió: “Habrá un plenario provincial del espacio y allí se verá lo que se define”. Además, insisten en que hay encuestas que, en un mano a mano con De Narváez, Giustozzi gana. Y también explican que la jugada de Bolettieri se entiende más por la subsistencia en Almirante Brown que por ganas de volcarse al sciolismo.
El status de Giustozzi en el FR –y ni hablar su áspero vínculo con Sergio Massa- es complejo y tiene ribetes de novela. Los chispazos comenzaron hace más de un año y desde entonces la situación nunca pudo volver a la armonía de los tiempos en los que ganaron las PASO y las generales de 2013.
Pero no se puede entender esta trama sin recordar los dos grandes motivos de conflicto: por un lado, la humillación que sintió Giustozzi por el juego histérico de Massa con Martín Insaurralde, a lo que le siguió la desconfianza en que finalmente Tigre vuelque el aparato a favor de De Narváez, y por el otro, el creciente temor de que sin su apellido en la boleta pueda perder Almirante Brown a manos del kirchnerista Mariano Cascallares.