Cuando había que mostrar mayor cohesión que nunca para reflotar un magro resultado en las primarias del domingo pasado, Sergio Massa descolocó a propios y ajenos al dejar trascender que permitirá negociaciones autónomas de los intendentes (léase, acercamientos a piacere con el kirchnerismo y Cambiemos) para que mejoren su performance electoral –repartiendo la boleta local cortada junto a la presidencial de otro partido- y no ser él quien les ponga un techo.
En una entrevista al diario La Nación publicada este miércoles, Massa afirmó: “(Los intendentes) me dieron un piso en las PASO y lo valoro. Ahora, tanto ellos como yo tenemos que crecer y buscar nuestro techo. Mi desafío es crecer, pero también tengo que respetar los intereses de mis aliados, que se pusieron la campaña al hombro. Yo no les puedo poner un techo”.
Que el presidenciable que encabeza la boleta explicite en los medios que sus jefes territoriales tienen su aval para jugar libremente en pos de mejorar sus chances electorales –admitiendo tácitamente que su destino personal no es promisorio- es algo poco frecuente, por lo que despertó el espanto entre algunos candidatos y una sorpresa indisimulable en otros.
Por la tarde, el intendente de Junín, Mario Meoni –quien podría quedarse sin ser reelegido en su municipio al salir tercero el domingo pasado- respaldó el anuncio de Massa y, de buena fe, dijo que “habla de su generosidad”. “Sergio cree que los votos que él pueda sacar tienen un techo y que nosotros podemos sacar más votos con otros candidatos por el plus de lo local. Y siempre sostuvo lo mismo, cuando medía 30 puntos o 10”, enfatizó.
Sin embargo, desde el equipo de campaña de Massa intentaron bajarle el impacto a los dichos publicados y aseguraron que había habido alguna especie de error de interpretación en la entrevista. Pero ya era muy tarde y toda la dirigencia massista se hacía eco del anuncio.
“Es un error político hacerlo público, pero es una cuestión natural que sea así”, dijo un candidato a diputado que pidió reserva. Un referente ubicado en la lista para el Parlasur fue más allá: “Esto puede ser una indirecta del propio Massa para que los intendentes le reclamen que se baje de la candidatura”.
Desde el entorno del intendente Joaquín de la Torre –quien también perdió el domingo pasado- habían admitido ya a Noticias Urbanas a comienzos de semana que en octubre próximo “muy probablemente” iban a repartir la boleta corta en vistas de que debían acortar la brecha de 11 puntos que le sacó el Frente para la Victoria.
Cabe recordar que de todos los intendentes massistas, los únicos que obtuvieron un triunfo fueron Julio Zamora (Tigre) y Luis Andreotti (San Fernando). El costo de la lealtad que pagaron De la Torre, Meoni y Carlos Selva fue muy duro y la polarización va camino a empeorar las cosas (mientras que el espejo devuelve la dura imagen de los fugados Gustavo Posse, José Eseverri y Gabriel Katopodis ganando cómodamente sus primarias y el distrito).
La otra pata de este culebrón es macrista. Había hasta ayer versiones ambivalentes: algunas fuentes aseguraban que ya había pedidos de intendentes massistas de que el Pro bajara candidaturas a cambio de que ellos repartieran la boleta de Macri, y otros decían que por ahora esas ofertas no habían llegado.
Igualmente, el macrismo ya demostró su dureza ante conceder espacios al massismo y rechaza cualquier entrega de candidatos propio. Como dijo un encumbrado dirigente amarillo en reserva, “ante la inminencia de la traición, Massa les dijo a los suyos que no hace falta que se vayan, que jueguen con la boleta corta en paz”.