El domingo pasado el gobierno porteño desmanteló las viejas paradas de colectivos que se ubicaban frente a la Estación de Constitución. Esta mañana, con todo tapiado, comenzó la obra construcción de un nuevo centro de trasbordo en las paradas de la Estación Constitución, donde se colocará nuevo mobiliario urbano, similar al que existe en las paradas del Metrobús, y se transformó en un caos para los pasajeros de los colectivos que han debido cambiar su habitual recorrido.
“Todo este cambio me parece bastante mal. No piensan en la gente”, manifestó una pasajera ante el cronista de la agencia Télam. “Me parece que todo esto está bastante mal, sobre todo para una persona grande como yo. Ahora hace mucho calor y tenés todo el sol encima, además falta señalización, la gente está muy confundida”, remató. Otra usuaria, identificada como Marcela, que trataba de buscar la parada del 39, señaló: “ya pregunte a tres personas y nadie sabe”, mientras caminaba apurada con su hijo. “Ahora está todo tapiado y no hay nadie que te pueda informar dónde tenes que tomar el colectivo. Los choferes bajan gente en cualquier lado y hasta cruzar la calle aquí es un peligro”, detalló.
En tanto, Lía González, vendedora de café sostuvo que “me parece que la gente está muy desorientada, aquí (personal del gobierno porteño) anularon dos andenes y corrieron muchas paradas de lugar”. “El anden donde solía vender está cerrado, por eso me tuve que cambiar”, detalla la mujer que ahora tiene su carrito de café al costado de las paradas. González, que trabaja allí con su marido desde hace cinco años, detalló que “ahora quedamos pocos vendedores, después del desalojo son pocos los puestos que pueden seguir trabajando”.
En tanto, uno de los dos inspectores de la línea 28, que trabajan en una garita vendiendo boletos y organizando las filas de pasajeros, apuntó que “si antes había un millón de preguntas por día, con este tema del cambio de paradas esas preguntas se multiplicaron por diez”. “De todas formas ya estamos acostumbrados y tratamos de tener paciencia, ya que la gente no tiene la culpa. Esperamos que para febrero, cuando dicen que todo se va a normalizar, las paradas estén mejor señalizadas y podamos descansar un poco”, ironizó.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Publico de la Ciudad, mediante un comunicado enviado el domingo pasado informó que la obra durará dos meses, durante los cuales se instalará un vallado alrededor de las dársenas, y que se buscó realizar las tareas durante enero para reducir las molestias en la zona.