La prueba de verificación sobre la deflagración del arma que causó la muerte del fiscal federal Alberto Nisman, anunciada hace una semana, aún no se realizó.
El examen es fundamental para determinar por qué el barrido electrónico practicado sobre la mano derecha de Nisman, con la que presuntamente se disparó, no arrojó como resultado restos de pólvora.
El arma fue peritada en la Asesoría Pericial de La Plata, que depende de la Suprema Corte Bonaerense, y determinó que había partículas insuficientes para establecer la presencia de pólvora.
Ello podía deberse, según las conclusiones del informe, a que la deflagración fue “cerrada” y no arrojó cantidad suficiente de componentes químicos al exterior como para impregnar el dorso de la mano.
Para constatar esa situación, la fiscal Viviana Fein dispuso una suerte de contraprueba consistente en disparar nuevamente el arma y volver a realizar la medición, esta vez en un laboratorio diferente.
Por las características del examen, podría realizarse en un laboratorio forense de Salta, pero hasta hoy ello no ocurrió.
“Practicar, como ya se solicitara, una nueva prueba de disparo y barrido electrónico con el arma de fuego incautada en este sumario y respetándose las condiciones ambientales y temporales de las muestrsa que se obtuvieron enel primer estudio de esa especialidad”, dispuso la investigación, en un oficio firmado en la víspera.