El 4 de octubre de 1991, Ricardo Rodríguez Saá “Lobito” fue asesinado por la Policía Federal, en una calle del barrio porteño de Villa Crespo y desde entonces su muerte permanece impune.
El “Lobito” fue un luchador del peronismo revolucionario que conoció distintas formas de persecución y a todas las enfrentó con valentía y entereza.
Los organizadores del evento indicaron que “su militancia y entrega son un ejemplo que recogemos para levantar con fuerza una patria inclusiva, solidaria e igualitaria donde flamee la bandera de la justicia social”.
El acto de homenaje se realizará el viernes 4 de octubre a las 18 hs. en la Mutual Sentimiento. Federico Lacroze 4181.
Convocantes/Adherentes:
Nicolás Rodríguez Saá
Asociación Mutual Sentimiento
OLP Resistir y Luchar
Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA
OLP Resistir y Luchar (Prisionerxs de esta democracia)
Corriente Política 17 de Agosto
Corriente Popular Liberación 26 de julio
Lois Pérez Leira, Secretario Ejecutivo de la Internacional Antiimperialista de los Pueblos
Mujeres Costureras en Lucha. Punilla Sur CBA.
Partido Guevarista de Argentina
Agrupación Montoneros Mendoza
Movimiento Popular La Dignidad
Agrupación Envar El Kadri-Peronismo de Base
David Antonio Lanuscou
Mujeres al pie del Cañón. Grupa feminista.
Carlos Leonardo Díaz (Prov. De Salta)
Fabio Basteiro (Trabajador Aeronáutico)
Hugo Molares
Profinish Argentina
Alfredo Grande
Quién era Ricardo “Lobito” Rodríguez Saa
El 4 de octubre de 1991 caía asesinado, en la esquina de Aguirre y Aráoz, de esta Capital, a pocas cuadras de su casa. “Que robaban por la zona, que eran piratas del asfalto, que iban armados …”: en fin, la “autoridad” no sabía luego como explicar su muerte. Lo real es que fue interceptado por el suboficial Humberto Maldonado que prestaba servicios en el DEPOC, una especie de policía política antiterrorista dependiente de la Federal y muerto sin más. Junto con él estaba Marcelo Langieri que quedó detenido.
“El Lobito” estaba reconstruyendo las Unidades Básicas Revolucionarias con la intención de sacar del letargo al peronismo militante y consecuente con las banderas revolucionarias; para ponerlo de pie, y enfrentar al menemismo traidor y a la socialdemocracia entreguista.
Ricardo Rodríguez Saa había sido montonero y consideraba que la ausencia de una organización revolucionaria que expresara la tradición de lucha del peronismo combativo era una de los principales motivos que permitía que la dirigencia “justicialista” pudiera vender el país y poner de rodillas a los trabajadores.