La agrupación Corriente Villera Independiente (CVI) repudió este viernes el cerco que construye el gobierno porteño entre la villa 31 de Retiro y la traza de la autopista Illia, al advertir que constituye una “total discriminación” hacia los vecinos del asentamiento.
La administración de Mauricio Macri informó que decidió reemplazar el alambrado actual por un cerco “antivandálico” para mejorar la seguridad en la zona y evitar que se arrojen objetos contundentes a los conductores que transitan la autopista.
“Los robos y otros hechos de violencia ocurren en todos lados, no sólo en una villa. Es una total discriminación: representa que los negros villeros son los que delinquen”, dijo Dora Mackoviak, dirigente de la CVI, en declaraciones a la agencia DyN.
Mackoviak negó en forma enfática que esa sea la realidad del barrio, al afirmar que “la mayoría de la gente de la villa es gente trabajadora”.
Consultada si recordaba algún episodio reciente de pedradas a automovilistas, la referente vecinal aseguró: “Hace mucho tiempo que no ha ocurrido un hecho de esas características en ese sector”.
Personal de AUSA comenzó a trabajar para reemplazar el alambrado que separa la autopista Illia de la villa 31, muy deteriorado tras sucesivas roturas y reparaciones, por un cerco antivandálico más alto y más cerrado.
El nuevo perimetral tendrá una base de hormigón de 65 centímetros de alto y encima se le colocará una reja de más de dos metros, que se extenderá a lo largo de 550 metros.
Las autoridades porteñas prevén terminar la obra en la segunda quincena de octubre, por lo que hasta entonces habrá restricciones para circular por el carril derecho de la mano utilizada para viajar hacia el centro.
La Ciudad justificó la decisión de construir ese muro divisorio en las denuncias de agresiones presentadas por automovilistas que circulan por esa autopista.