Los datos del presente informe elaborado por el Centro de Estudios Metropolitanos se desprenden del análisis de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares realizada por el INDEC correspondiente a los dos primeros trimestres del 2022 y supone una actualización del Informe Situación de la informalidad y la precariedad laboral en la Argentina.
A continuación, los puntos más salientes del informe:
Entre el 1° y el 2° trimestre de este año (2022) creció la precariedad laboral en el país.
En Argentina hay 20 millones de trabajadores ocupados dentro de los cuales el 45,3% se desempeña en condiciones de precariedad laboral. Del total de la masa laboral, el 46% son asalariados formales, el 28% son asalariados informales, el 17% son cuentapropistas en puestos de baja calificación, el 5% cuentapropistas en puestos de alta calificación y el 3% restante personal en puestos de dirección.
Dentro de los asalariados, el 37,6% son informales. Dentro de los cuentapropistas, el 78% son precarios. Casi la mitad de los ocupados en el país se desempeña en puestos precarios.
Los datos muestran que entre el 1° y el 2° trimestre el aumento en el número de ocupados puede explicarse a partir del aumento de puestos precarios (+8% asalariados informales y +2% cuentapropistas precarios) mientras que no se han creado nuevos puestos en el sector asalariado formal (+0%).
La informalidad y precariedad laboral en Argentina
Se percibe un freno en el crecimiento de cuentapropistas precarios o de baja calificación y un crecimiento significativo y sostenido del asalariado informal. Lo primero podría explicarse por la relativa desaceleración de la economía que opera como freno para trabajadores que salen a buscar trabajo en forma de changas. A la vez empieza a evidenciar una preocupante tendencia al crecimiento del trabajo informal asalariado, a costa del formal. Se corre así el riesgo de ir subiendo el piso de trabajadores asalariados informales consolidando y delineando una matriz laboral y productiva sostenida en forma creciente por trabajadores carentes de derechos.
La narrativa que sectores de la derecha liberal intenta imponer como hoja de ruta ya empieza a materializarse de hecho en la estructura laboral argentina y deberá corroborarse, o no, en el próximo período. La tendencia a partir del año 2015 indica que el crecimiento del trabajo precario ha sido sostenido.
A la vez, los trabajadores precarios son quienes se ven afectados en mayor medida por una inflación sostenida en niveles muy altos que opera como un freno para la recuperación del ingreso.
Al no estar cubiertos por la legislación laboral, y al no contar con cobertura sindical e instancias de negociación paritaria, se ven impedidos de sostener sus sus niveles reales de ingresos. Teniendo en cuenta el amesetamiento del crecimiento esperable para el segundo semestre, podemos prever la continuidad de este impasse en la generación de empleo de calidad.