Lo que parecía un problema a largo plazo, repentinamente se volvió una realidad para miles de estudiantes. Por ejemplo, la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se vio envuelta en un apagón, que afectó a todas las áreas comunes de la institución. Éstos son los resultados del impacto del ajuste presupuestario implementado por el gobierno de Javier Milei en las universidades nacionales, las cuales marcharán el próximo martes 23 de abril en todo el país para defender la educación pública.
Al respecto, Noticias Urbanas dialogó con Marcelo Bornand, delegado general de la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires, quien afirmó que “la Facultad de Ciencias Sociales, por ejemplo, tiene un presupuesto tremendamente ajustado”.
“En este momento tiene una disponibilidad de treinta y pico de millones de pesos para funcionar desde ahora hasta fin de año, lo cual es imposible”, opinó y explicó que “eso alcanzaría solamente para pagar el servicio de limpieza, que está que está tercerizado, pero no se podría afrontar el servicio de los ascensores, no hay para reponer focos de luz, se acabó el stock de eso, de tóner, y son cosas pequeñas, pero ahora no hay manera de comprar nuevos para las impresoras”.
En esa línea, destacó que “la situación en términos en términos presupuestarios es crítica” y señaló que se debe considerar que el presupuesto de gastos de funcionamiento de la Universidad “es apenas el 5% del presupuesto universitario, es decir que esto muestra una intencionalidad política de destrozar a las universidades”.
“No tengo la menor duda que esto se hace para destruir la universidad pública y, en particular, a la Facultad de Ciencias Sociales y a las ciencias sociales en general, tanto en las universidades como en el Conicet”, disparó.
Asimismo, detalló que más del 90% del presupuesto universitario se va en salarios, presupuesto que tuvo un congelamiento, que no es el mismo, pero también es brutal para los docentes. “Desde que asumió Milei estamos casi 60 puntos abajo de la inflación en lo que tiene que ver con la actualización presupuestaria, hay alrededor de 90 puntos de inflación de diciembre para acá y salarios apenas arriba del 30%, eso afecta a 30.000 docentes y 15.000 no docentes”, lamentó.
En tanto, advirtió que esto repercutirá en la calidad educativa porque “muchos compañeros, sobre todo de categorías más bajas, están buscando otros trabajos porque es insostenible la vida misma”.
Según un estudio realizado desde APUBA -afirmó Bornand- para poder recuperar el poder adquisitivo de 10 años atrás, del 2014, los salarios en la universidad se deberían duplicar. “Es decir, venimos de una década de pérdida salarial a cuentagotas, de entre cinco y siete puntos por año, pero lo que ha pasado en los últimos cuatro meses ya lleva todo a niveles nunca vistos”, lamentó.
Qué será del futuro
“Nosotros lo que vemos, en particular en la Facultad de Ciencias Sociales, es un despertar del movimiento estudiantil”, afirmó Bornand con entusiasmo y relató que “yo empecé a trabajar acá hace 20 años y era una facultad mucho más movilizada, mucho más politizada que en la actualidad, pero esta semana que pasó desde el comienzo de clases se vieron, de forma paulatina, estudiantes que están tomando conciencia de que lo que se está jugando acá es muy serio”.
En ese marco, subrayó, hay nuevamente asambleas, ruidazos y abrazos a la Facultades y se vive un clima de completo ascenso con respecto a la movilización del próximo martes 23 de abril. “Se habla de la marcha en todos lados, incluso en ámbitos que no son universitarios, que nunca tuvo la oportunidad de pisar una Universidad y se está planteando movilizarse”, remarcó.
Asimismo, indicó que “el movimiento estudiantil, si bien no es el mismo por el cambio de época al de los 90 o de comienzo del siglo, de a poco hace notar un mayor compromiso, por eso se espera que 23 sea brutal y que se vea una movilización como hace años no se ve en el ámbito educativo”.
Qué pasará
Ante la consulta sobre lo que podría pasar en los próximos meses, afirmó que será clave el día 24, ya que “el 23 tiene que ser tomado como un inicio y no como una finalización”, y agregó: “Estamos ante un Gobierno que es completamente intransigente en términos de discusión. La paritaria salarial de docentes y no docentes este año dejó de existir virtualmente, ya que el Gobierno dice que el aumento va a ser del 12%, cuando hay una inflación del 40% o 50% y no abre el lugar a negociaciones, sino que lo aplica unilateralmente”.
Hasta ahora, el Gobierno anunció un incremento de un 70% de los gastos de funcionamiento, pero, según APUBA, es totalmente insuficiente. “El día de hoy, el rectorado dijo que no iba a bajar a las a las unidades porque lo iba a utilizar para los gastos centrales que tiene la Administración de la Universidad, por ejemplo, los servicios”, criticó Bornand.
“No se ve que el Gobierno vaya a aflojar, así que habrá que derrotar el plan de ajuste y por eso pensamos que lo del 23 y lo que siga es fundamental”, finalizó.
Sin dudas, el próximo martes se verá a miles de estudiantes de todo el país en las calles, en defensa de la educación pública, una marca de identidad nacional que supo ser un modelo en el mundo y que hoy, al menos para muchos, no es una opción desistir de ella.