En lo que se sospecha sería un caso de tráfico de personas, 39 personas fueron halladas ayer en un camión abandonado frente a una tienda de Walmart, en el calor agobiante de Texas, Estados Unidos. En el camión había 8 personas fallecidas y dos murieron luego en el hospital. Se cree que murieron por los efectos de la exposición al calor y asfixia, dijo un portavoz de la policía de San Antonio, en Texas. La temperatura afuera estaba en casi los 38 grados centígrados.
Se teme que la cifra de víctimas fatales podría aumentar dado que 17 de los rescatados presentan heridas graves a causa de la deshidratación. El jefe de bomberos de la ciudad, Charles Hood, dijo que algunas de las víctimas parecían haber sufrido paro cardíaco severo, con sus ritmos cardíacos alcanzando los 130 latidos por minuto. En el peor de los casos, dijo Hood, “muchos de ellos tendrán daño cerebral irreversible”.
Los videos de vigilancia de Walmart muestran que, antes del hallazgo del camión, pasaron varios autos, que paraban y levantaban gente, que salía por la puerta trasera. Algunos otros de los tripulantes que sobrevivieron escaparon hacia dentro de un bosque. El camión fue descubierto gracias a los pedidos desesperados de agua de uno de los tripulantes que había bajado, lo que suscitó la sospecha de un empleado de Walmart de que ahí estaba pasando algo fuera de lo común. Eso llevó a que la policía a descubriera el camión.
Se cree que había aún más personas dentro del camión antes de que llegara la policía. Sobrevivientes en 6 hospitales de la zona le dijeron a los investigadores que hasta 100 individuos estaban originalmente dentro del msimo. “Las autoridades creen que descubrieron una operación de tráfico de personas a sólo 2 horas y media de la frontera mexicana, que terminó en lo que el jefe de Policía de San Antonio, William McManus, describió como un ‘tragedia horrorosa’. Las víctimas, algunas tan jovenes como de 15 años, parecen haber sido cargadas al camión como una mercancía, sin aire acondicionado durante el pico del verano tejano”, explican Eva Ruth Moravec, Todd C. Frankel y Avi Selk del diario The Washington Post. No se sabe aún cuánto tiempo estuvieron en el camión ni dónde comenzó su viaje. El conductor del camión, James M. Bradley, de 60 años, fue arrestado y se espera que sea acusado en las próximas horas.
El caso pone de manifiesto los riesgos extremos que los inmigrantes enfrentan para ingresar en Estados Unidos, a menudo huyendo de la pobreza y la violencia en sus países de orígen. Este no es el primer evento de este tipo: hace 2 semanas, la policía de Houston había descubierto a 12 inmigrantes, incluida una niña, que habían estado encerrados durante horas en otro camión sofocante en un estacionamiento, golpeando para que alguien los rescatara. Los migrantes fueron hallados al borde de la muerte. En mayo, los agentes frontrizos hallaron a 18 inmigrantes encerrados en un camión frigorífico con la temperatura a 10 grados. Los pasajeros eran de Latinoamérica y Kosovo. En 2003, 19 personas fallecieron tras ser encontrados en un camión de carga abandonada en una paradas de camiones en Texas. Su conductor fue sentenciado a 34 años de prisión.
La horrible noticia llegó mientras la administración de Trump está pidiéndole al Congreso incrementar el financiamiento para la seguridad de frontera y expandir el muro en la frontera sur con México. “Este no es un incidente aislado”, dijo McManus. “Esto sucede bastante frecuentemente. Afortunadamente, este (camión) lo encontramos. Afortunadamente, como se sabe, hay gente que sobrevivió.”
En el año fiscal 2016, la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional inició 2.110 investigaciones por tráfico de personas, que resultaron en 1.522 condenas criminales, dijo un portavoz de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas, según el diario Los Angeles Times. El director de dicha institución, Thomas Homan, dijo en un comunicado que “estas redes han mostrado en repetidas ocasiones el desprecio por aquellos que trafican” y que mientras él dirigiese la oficina, “habrá un compromiso inquebrantable para utilizar los recursos de la aplicación de la ley para terminar con estas prácticas.”
En cambio, defensores de los derechos de los inmigrantes echan la culpa del suceso a las autoridades federales, estatales y locales por haber aumentado la seguridad en la frontera, criminalizando a los refugiados e inmigrantes que escapan de la violencia y la pobreza de América Central. “La gente está en las manos de los traficantes porque están intentando buscar refugio y encontrar una vida mejor en este país, y nuestra patrulla fronteriza está activamente rechazando a los que buscan asilo”, dijo Amy Fischer, directora de política del Centro de Servicios Legales y Educativos para los Refugiados y los Inmigrantes, según Los Angeles Times. Para Fischer, la administración de Trump y el gobernador de Texas, Greg Abbott, “tienen sangre en sus manos por crear el tipo de ambiente que permite que estas situaciones sucedan.” Fischer criticó al departamento policial de San Antonio por haber llamado a la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas. “La respuesta a una situación humanitaria no debería ser llamar a la agencica de control que tiene un historial de muertes de migrantes, detenciones y deportaciones”, dijo Fischer.
“Las muertes de 9 migrantes en San Antonio dieron lugar a mucha discusión en las redes sociales, con algunos convservadores diciendo que demuestran la necesidad de restringir las ciudades santuario y construir un muro que detenga a los migrantes de hacer el peligroso viaje”, escribió Jenny Jarvie del Los Angeles Times. La semana pasada, un juez de distrito en California había dado un duro revés a la política migratoria de Donald Trump, al negarse a darle vía libre a su orden ejecutiva que pretendía bloquear recursos federales a las ciudades y condados que no colaboraran con su campaña de deportaciones, las llamadas “ciudades santuario”.
El vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, se proclamó en contra de las ciudades santuario tras el hallazgo del camión. “Las ciudades santuario hacen creer a la gente que pueden venir a USA y a Texas y vivir fuera de la ley. Las ciudades santuario también habilitan a los traficantes humanos y los carteles. Hoy, esta gente pagó un precio terrible y esto demuestra que necesitamos una reforma de seguridad de frontera e inmigración legal para poder controlar quién entra en este país. Continuamos rezando por las familias y amigos de las víctimas”, posteó Patrick en Facebook.
Los defensores de los inmigrantes plantean, en cambio, que lo que se necesita es proveerles apoyo y compasión. Eddie Canales, director del Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas, llamó al incidente “muerte por política, y el Gobierno es cómplice.”