Este martes, a menos de una hora de haber asumido como vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner recibió en el Senado a las autoridades de las delegaciones de la República Popular China y de la Federación de Rusia.
Esta actividad se ensambló como la inaugural en sus funciones como líder de la Cámara Alta. Incluso, las reuniones se llevaron a cabo en su despacho del primer piso del Palacio Legislativo, según informó su oficina de prensa.
La vicepresidenta se entrevistó en primero con el enviado especial del presidente chino XI Jinping; el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Arken Imirbaki; el embajador de China en Argentina Zou Xiaoli y Lan Hu, subdirector general de América Latina y el Caribe de la Cancillería.
Fernández de Kirchner se reunió luego con la delegación de Rusia que integran el representante Oficial del Presidente de la Federación de Rusia y Presidente del Comité de los Asuntos Internacionales del Consejo Federal de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia, Konstantin Kosachev; el embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia, Dmitry Feoktistov y Oleg Khodyrev, vicejefe de la Oficina del Comité de los Asuntos Internacionales del Consejo Federal.
Esta no fue una reunión protocolar más, ya que los representantes de China y Rusia fueron los socios que la acompañaron durante su última gestión presidencial. Minutos más tarde, el enviado de Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone, abandonó el país molesto por la presencia del expresidente de Ecuador Rafael Correa y un enviado del venezolano Nicolás Maduro, Jorge Fernández, ministro de Comunicación de Venezuela.
CFK continuó igualmente con el encuentro, marcándole con claridad a Alberto Fernández cuáles serán las prioridades en materia de política exterior.
“Es lo último que queremos, nuevamente el presidente se comprometió a ayudar, es lo que a mí me pidieron cumplir, poder ayudar. Quisiera tener y sigo con las mejores intenciones, pero obviamente no bajo estas condiciones. Y entre amigos, creo que es muy importante que no haya sorpresas. Y creo que estas sorpresas son desagradables”, dijo a Clarín el enviado norteamericano, haciendo referencia al acuerdo que la Argentina debe saldar con el FMI. De esta manera, explicitó que aunque no son sus intenciones, esto podría llegar a afectar las relaciones bilaterales entre ambos países y generar dificultades en las negociaciones por la deuda millonaria contraída por Mauricio Macri.
En este marco, el accionar de CFK se trata de un gesto político al contemplar la guerra fría entre Estados Unidos y China, y cabe recordar que Donald Trump no ocultó su presión a Mauricio Macri para que rompiera relaciones con China, siendo el epicentro del conflicto la base espacial que existe en Neuquén, abierta en 2015 por gestión de Cristina y sostenida por él mismo.
Más aun, en pos de demostrar que su intención de alianza bilateral con China está intacta, Cristina agasajó al vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Arken Imirbaki, junto al embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli; y a Lan Hu, subdirector General de América Latina y el Caribe de la Cancillería.