En su última aparición pública, rodeada de sindicalistas de la UOM, Cristina avisó: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría”, en ese contexto comenzó un previsible operativo clamor se reanimó en el kirchnerismo duro.
Nueve encuestas midieron su imagen en las últimas semanas. Desde Ricardo Rouvier, un consultor históricamente vinculado al kirchnerismo; hasta Jorge Giacobbe, un crítico furioso del Gobierno.
El promedio de imagen que salió es similar al de los últimos años de Cristina: 29% de positiva, 66,8% de negativa y 4,2% no sabe / no contesta.
En el caso de la vicepresidenta se da una particularidad casi única entre los políticos argentinos. Sus números de imagen resultan un parámetro bastante confiable respecto a su intención de voto. Los que la ven bien, en general la ven muy bien, la quieren y por supuesto la apoyarían en una elección; los que la ven mal, exactamente todo lo contrario.
Piso y techos
Esta similitud entre imagen y potencial electoral se confirma cuando se analizan justamente el piso y el techo de intención de voto de Cristina. En este caso, hubo cuatro encuestas nacionales recientes que la evaluaron en este rubro.
La radiografía es bastante clara. La vice sigue conservando un potencial muy interesante en su núcleo duro, que le da un piso de votos pensando en la presidencial del año próximo de 22%. Gente que “seguro votaría” a Cristina. En esto, no hay quien la supere.
Pero enseguida aparece el primer límite, cuando se suma el “voto probable”. Ahí la media baja a 10%, lo que le otorga un techo de 32%. Esa frontera se termina de conformar, con el rechazo, el “nunca la votaría”, que en Cristina supera los 60 puntos de promedio.
Acá está la clave de la potencialidad de la líder del Frente de Todos como candidata, que se ratifica cuando se la mide en escenarios de PASO, primera vuelta y balotaje. El piso alto le garantiza buena performance en los dos primeros casos, pero el rechazo tan potente la condena para una eventual segunda vuelta.
PASO, primera vuelta y balotaje
También fueron cuatro las encuestas nacionales que evaluaron una primaria en el oficialismo, básicamente con Cristina, Massa y Fernández.
La vice arrasó: en promedio, llegó a 18,3%, contra 5,9% del ministro de Economía y apenas 3,9% del Presidente. Así, el Frente de Todos queda debajo de los 30 puntos, un número preocupante como coalición.
En cuanto a una primera vuelta, hubo cinco sondeos que midieron a Cristina como única variante del oficialismo. Y allí se dio una paridad bastante llamativa, contra rivales de Juntos por el Cambio que iban variando (Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta) y con Javier Milei como oferta libertaria.
En el balance, casi hubo triple empate: la vice promedió 26,8%, contra 28,4% de los candidatos de Juntos por el Cambio y 26,4% del economista libertario. Es decir, cualquiera podría entrar pero también quedarse afuera de una eventual segunda vuelta. Ya no habría polarización, sino puja de tres y con final incierto.
En cuanto al balotaje, Cristina fue evaluada en dos ocasiones, contra Macri y contra Larreta, y en ambas perdió claramente: 32% a 46,7% contra el ex presidente y 29,7% a 49% contra el jefe de Gobierno.
Aquí se confirmaría el ancla que implica su rechazo, lo que ya la hizo desistir de encabezar la fórmula en 2019. La variante, como ya se ha dicho, es una candidatura a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, para traccionar en ese distrito y asegurarse seis años más de fueros ante un panorama judicial complejo.