La oficina de la se convirtió en el lugar ideal para estos encuentros porque están protegidos de miradas indiscretas. El acceso es por el ascensor privado que comunica la planta baja con el despacho presidencial o, si se quiere “despistar” más, ingresan por Diputados y recorren los pasillos privados que comunican una presidencia con la otra.
Las visitan tienen la mirada puesta en la estrategia integral para afrontar las PASO de agosto y las Generales de octubre. Hay un grupo de dirigentes que son los “habitué”. Entre ellos hay tres de los más cercanos a CFK y uno con diálogo fluido. Por ejemplo, es común la presencia del diputado nacional Máximo Kirchner.
Otro que, aunque no es cotidiano, está dentro de los habitué es el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. En este caso cumple un doble rol: el de mandatario del distrito con mayor impacto electoral y el de economista y exministro de la gestión de Cristina Kirchner.
A esta lista se le suman legisladores y sindicalista como pueden ser José Mayans, Juliana Di Tullio, Anabel Fernández Sagasti, Hugo Yasky, Sergio Palazzo y Pablo Moyano, que también suelen tener encuentros privados con la vicepresidenta de la Nación.
Es tan central el espacio que hasta miembros del denominado “albertismo” la fueron a ver en varias oportunidades. Ese es el caso del influyente Juan Manuel Olmos. El vicejefe de Gabinete y hombre cercano al presidente Alberto Fernández está dentro de la lista de quienes hablan y ven a la Vicepresidenta.
Los encuentros giran en torno a lo que Cristina Kirchner entiende que debe ser la próxima fórmula del Frente de Todos para competir en las próximas elecciones.