El Observatorio de la Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires realizó una encuesta que arrojó resultados llamativos. Según el sondeo, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el exmandatario Mauricio Macri “generan sentimientos de profundo e intenso amor y rechazo” en la sociedad argentina.
Así lo especificó el estudio llamado “Polarización afectiva: sentimientos hacia los políticos y la grieta emocional”, que fue realizado a través de las redes sociales en los grandes conglomerados del país, sobre 3010 casos que fueron consultados entre el 24 y el 28 de abril.
Con respecto a los sentimientos hacia Cristina Fernández, las respuestas espontáneas muestran una escisión en las percepciones que tienen los ciudadanos hacia los dos políticos más representativos de la llamada “grieta argentina”.
El documento indicó que entre los votantes del Frente de Todos “predominan fuertemente sentimientos positivos de amor, admiración, agradecimiento, respeto y cariño”. Mientras que entre los votantes de Juntos por el Cambio “los sentimientos predominantes son negativos: asco, odio, desprecio, rechazo, repudio, repulsión y repugnancia”.
Además, subrayaron que la situación se invierte para el caso de Mauricio Macri. La escisión de sentimientos y percepciones, según el voto de 2019, sigue siendo notoria pero inversa al caso de Cristina Fernández de Kirchner.
Entre los votantes del FdT “predominan fuertemente sentimientos negativos de desprecio, odio, asco, rechazo, vergüenza y bronca”. Se repite la impronta de pasiones extremas sobre la figura del ex Presidente. Entre los votantes de JxC “los sentimientos predominantes presentan un perfil de menor intensidad en los extremos emocionales: ‘Ni amor ni odio'”.
“Parecería que Macri genera menos pasiones que Cristina. El vínculo que la gente ha construido sobre su figura combina evaluaciones cognitivas con emocionales y presenta tantas positivas como negativas: decepción-esperanza; respeto-desilusión; admiración-lástima”, explica el texto.
Al ser consultados sobre quién sería la mejor opción para presidente de la argentina en 2023, entre los votantes del FdT, el 79% señala que el mejor candidato se encuentra en el mismo espacio político que votaron en 2019. Un 10% opina que el mejor candidato se encuentra en el espacio opositor y un 11% preferiría “otro”.
Del otro lado, entre los votantes de JxC, el 87% opina que el mejor candidato se encuentra en el propio espacio político. Un 6% prefiere a José Luis Espert y un 7% se inclina por “otro”. En la evaluación de gestión del gobierno de Alberto Fernández también se observa con claridad el sistema de creencias absolutamente antagónico entre los ciudadanos que han votado al FdT y el resto de la población. § El contraste mayor en la evaluación de gestión se da entre los votantes del FdT y los de JxC.
Finalmente, la encuesta concluye: “Los resultados de este estudio muestran con meridiana claridad que la grieta argentina es “profundamente emocional”, Cristina y Mauricio generan sentimientos de profundo e intenso amor y rechazo”. Y cierra: “La gran tragedia sobre la que alertamos la constituye una evidencia central: la polarización pudo haber comenzado desde arriba (por las élites políticas) pero esta claro que se ha instalado y cristalizado abajo, en lo profundo de nuestra sociedad”.
El concepto de polarización afectiva, se refiere a la polarización ideológica, política o partidaria. En ese sentido, el estudio expresó que “el debate que se plantea es si dicha polarización está circunscripta a las élites políticas, intelectuales y mediáticas o si también se ha instalado en lo más profundo de la sociedad, generando ‘islas ideológicas’ contrarias entre sí en sus sistemas de creencias e impenetrables por la ‘isla ideológica’ antagónica”.
Con esta encuesta, se buscó abordar el tema de la polarización afectiva con un “énfasis diferente”. “Consideramos que la polarización es primariamente emocional y genera un marcado sesgo en la construcción de los sistemas de creencias. La polarización emocional no se refiere a las divergencias con las propuestas políticas y los sistemas ideológicos que tienen los ciudadanos, sino a la animadversión que sienten hacia quienes no son parte de su colectivo, ya sea ideológico o partidista”, consigna.
En tal sentido, la polarización emocional se define como “la distancia emocional entre el afecto/amor que despiertan quienes expresan nuestras mismas ideas políticas en contraposición con el rechazo profundo y visceral hacia quienes tienen actitudes y opiniones diferentes. Es decir, la polarización emocional representa una enorme grieta caracterizada por la presencia de sentimientos de profundo rechazo hacia los simpatizantes de ideologías, partidos o personas que no son ‘el nuestro'”
A propósito, puede llegar a tener efectos adversos para el buen funcionamiento de nuestras democracias porque deteriora la cooperación entre ciudadanos, afecta a la confianza hacia las instituciones, reduce la legitimidad de los gobiernos y la desconfianza y rechazo entre adversarios políticos puede incluso generar la parálisis o bloqueo de las instituciones.