En medio de las internas con el albertismo, la disparada del dólar blue, el aumento de precios y el enrarecimiento del clima social producto de las movilizaciones de la izquierda y algunos movimientos sociales, la vicepresidenta intenta afinar su estrategia mirando el 2023.
En ese contexto, Cristina Kirchner ha deslizado que pretende para el 2023 un esquema de tres precandidatos presidenciales. Uno del norte, que podría salir de las aspiraciones entre Jorge Capitanich y Juan Manzur; uno de la zona centro, en la que la puja estaría abierta entre Sergio Massa y Daniel Scioli, por ejemplo; y un tercero del PJ bonaerense, tal vez algún intendente que retenga buena parte del voto del conurbano bonaerense, como Martín Insaurralde.
El proyecto de Eduardo “Wado” de Pedro también podría encuadrarse en el esquema de la zona centro, aunque desde el oficialismo señalan que últimamente ha bajado sus acciones para una postulación presidencial, pero sería viable como compañero de fórmula.
En lo que respecta a la provincia de Buenos Aires, el esquema no sólo se consolida con la búsqueda de la reelección de Axel Kicillof. Cristina quiere que no haya PASO sino una lista única, con la fórmula a la gobernación, ella como senadora nacional y el resto unificado.
Pero así como la suba del dólar y la inflación que algunas consultoras empiezan a ubicar en superior al 100% para este año, impide a cualquier argentino proyectar, un Gobierno subido a esta debacle económica y con la imagen negativa de sus principales referentes por las nubes, tampoco puede hacerlo.
En el perímetro del oficialismo se circunscribe toda la disputa política del país: por el poder, por las partidas presupuestarias, planes sociales, candidaturas, proyectos electorales, ingresos al gabinete, medidas económicas, proyectos legislativos. Algo que normalmente ocurre entre el partido que gobierna y la oposición, aquí se manifiesta en forma de interna desde hace dos años y medio.
Por eso, desde las usinas del Instituto Patria, buscan la forma de blindar a la vicepresidenta mientras navegan por las aguas de una realidad cada vez más complicada para el Frente de Todos, tanto en lo económico como en lo social.