El seis de marzo próximo, en un acto en el que presentarán las conclusiones de una ronda de consultas que su partido -Unión por Todos- está efectuando con diferentes protagonistas de la vida política porteña, Patricia Bullrich lanzará oficialmente su candidatura a jefa de Gobierno porteña.
En los primeros días del año 2003, Unión por Todos lanzó las llamadas "Seis Semanas Temáticas", que consisten en un largo raid de consultas con diferentes actores de la comunidad. Agrupadas por tema, las reuniones girarán en torno a las políticas sociales y de vivienda; la Reforma Política; el área de Obras Públicas, Medio Ambiente y Planeamiento Urbano; la lucha contra las mafias; la Seguridad Ciudadana y, finalmente, la Educación, la Salud y la Cultura.
Con esta metodología, Bullrich -una candidata obsesionada con la formulación de un plan de gobierno por sobre toda otra cuestión política- espera lograr una mejor instalación entre las fuerzas sociales a las que está interrogando, junto con la construcción de una imagen política volcada hacia la ejecutividad y a la solución de los numerosos problemas irresueltos que aquejan a los porteños.
UNA ALIANZA QUE NO SERÁ
La semana pasada, el legislador porteño Jorge Giorno (Partido de la Ciudad), que está armando su carpa en las inmediaciones del campamento del jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, expresó que su fuerza política "vería con agrado un acuerdo entre el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y Patricia Bulrich en una fórmula conjunta con vistas a las próximas elecciones locales".
Esta afirmación fue rápidamente desmentida desde las oficinas de "La Piba" -como se denomina a Bullrich en algunos cenáculos políticos. "No estamos a la búsqueda de una alianza con Ibarra. De todos modos, nos parece bien que éste comience a buscar a gente eficiente en la gestión, aunque, pensándolo bien, debería haberlo hecho al comienzo de su gestión y no ahora, cuando es demasiado tarde. Nosotros tenemos una propuesta a largo plazo y no estamos interesados en alianzas electoralistas", disparó sin piedad un vocero autorizado de Unión por Todos.
De todos modos, la construcción de Bullrich en la Capital reconoce vertientes de disímiles orígenes. A la incorporación del legislador porteño Pablo Caulier -un ex cavallista atípico- habría que sumarle algunas conversaciones -por ahora informales- con varios pequeños partidos políticos que, como las salamandras, atraviesan todos los fuegos y luego viven para contarlo. También los operadores de la ex ministra de Trabajo se encuentran en tratos con otros legisladores de la Ciudad, inclusive alguno al que los analistas suponían dentro del proyecto reeleccionista de Ibarra.
A estas tratativas se les suman otras, en las que están incluidos candidatos de diferentes pelajes. Hay un joven político -antes aspirante a jefe de Gobierno- que por estos días está reconsiderando si no habrá saltado demasiado lejos con su proyecto original. A éste podría sumársele un ex funcionario del entorno íntimo de Ibarra, al que recientemente su verborragia arrojó fuera de la función pública. Finalmente, podrían sumarse al proyecto Bullrich dos mujeres de alto perfil: una de ellas, volcada a la actividad privada tras haber revistado en el partido del ex ministro Domingo Cavallo, Acción por la República, en tanto que la otra es una bella economista que fue antes funcionaria y luego diputada nacional.