La presión popular terminó con Cavallo, del que se desconoce su paradero

La presión popular terminó con Cavallo, del que se desconoce su paradero

Una marcha espontánea compuesta en su mayoría por manifestantes de clase media forzó esta noche la dimisión del ministro de Economía. El resto del gabinete nacional también puso su renuncia a disposición del Presidente. Los principales puntos de concentración fueron la Plaza de Mayo -donde hubo una fuerte represión policial- el Congreso, la casa de Domingo Cavallo y la quinta de Olivos. La continuidad del cuestionado ministro ya había sido jaqueada ayer por los saqueos ocurridos en diversos puntos del país


"Porteñazo", "cavallazo" u otro nombre similar será posiblemente la denominación con la que se recordará la noche de este miércoles, en la que miles de manifestantes, luego de escuchar el discurso pronunciado por el presidente Fernando de la Rúa en el que se anunció la instalación del estado de sitio, salieron espontáneamente a la calle para manifestar su desagrado.

Lo que comenzó con cacerolazos desde los balcones se fue transformando con el correr de los minutos en una verdadera pueblada. Los primeros manifestantes fueron llegando a la Plaza de Mayo y, a través de los medios, otros fueron conociendo la noticia y se sumaron a la marcha. El componente social de esta protesta popular difirió del de los protagonistas que en el día de ayer, motivados por el hambre, ocasionaron los saqueos. Esta vez, la gran mayoría de los manifestantes pertenecían a la denominada (y empobrecida) "clase media", precisamente, la base electoral que llevó a la Alianza al gobierno.

El análisis posiblemente dirá que el desempleo y las últimas medidas económicas que impiden sacar a voluntad los ahorros de los bancos encendieron la mecha en un sector social que generalmente no es afecto a este tipo de manifestaciones populares. Lo que nadie podrá negar, en cambio, es la ausencia que hubo de banderas partidarias, la espontaneidad de esta movida y la falta total de líderes y organizaciones políticas que movilizaran la convocatoria.

Los principales puntos de la protesta fueron la Plaza de Mayo, la Plaza de los Dos Congresos, la casa de Domingo Cavallo y la quinta presidencial de Olivos. En todos lados la consigna principal fue pedir la renuncia del ministro de Economía y burlarse del estado de sitio dispuesto por de la Rúa. Precisamente, por temor a esta medida, los integrantes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y algunos intendentes del conurbano bonaerense habían decidido ayer no proseguir con una marcha que habían organizado desde sus partidos hacia la Plaza de Mayo. "No hay garantías de seguridad suficientes", dijeron al suspender la protesta. Esta noche, la indignación pudo más y las calles porteñas se poblaron de manifestantes.

REPRESIÓN POLICIAL

Cerca de la una de la madrugada, la Plaza de Mayo estaba casi llena y se dirigía hacia allí una columna de personas proveniente de la Plaza de los Dos Congresos. A poco de llegar a su destino comenzaron a venir en dirección contraria miles de manifestantes que se desconcentraban corriendo de la Plaza de Mayo. Es que a policía había empezado a reprimir con gases lacrimógenos a la gente que tocaba cacerolas, gritaba consignas en contra del gobierno y cantaba el Himno Nacional.

La indignación por esta cabal demostración del estado de sitio creció hasta tal punto que se contabilizaron algunas vidrieras rotas. Unos pocos manifestantes fueron en contra de la corriente y siguieron avanzando hacia la casa de Gobierno. Así quedaron alrededor de veinte agitando una gran bandera argentina, en una plaza de Mayo desolada, plagada de restos de granadas lacrimógenas. Minutos más tarde, la policía comenzó a rodear la plaza y una nueva tanda de gases hizo retroceder a los pocos que aún resistían. Entonces una segunda columna más masiva, que había retrocedido hacía unos instantes, intentó ingresar nuevamente y también fue reprimida.

Se avanzó y se retrocedió constantemente hasta que la policía, de a poco, fue ganando terreno y empujó a la gente hasta la intersección de Avenida de Mayo y Perú. Allí, luego de resistir durante casi media hora, los manifestantes tomaron la decisión de movilizarse nuevamente hacia el Congreso. Fue en ese momento cuando, de boca en boca, comenzó a dispersarse el rumor de que habían renunciado Cavallo y el resto del gabinete.

JÚBILO FRENTE AL CONGRESO

Conocida la noticia de las dimisiones, la Plaza de los Dos Congresos fue desbordada por las personas que habían participado de la marcha y por las que acababan de llegar con la intención de festejar el hecho. Entonces se escucharon cánticos contra Cavallo, De la Rúa y toda la clase política. Hasta Hebe de Bonafini, que se hizo presente, fue blanco de algunos insultos. "Seguro que muchos de los que están ahora acá son los que anularon el voto en las elecciones pasadas", afirmó un viejo militante peronista, sorprendido por no ver en la plaza "ningún trapo" partidario.

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