El diputado nacional por La Matanza Luis Francisco Cigogna y el diputado provincial por el mismo distrito, Ángel Aisa, presentaron un proyecto -avalado por el jefe político de ambos, el intendente Alberto Ballestrini- ante los parlamentos que integran, en los que solicitan la incorporación del municipio al directorio de la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires.
Ambos diputados exigen, además, que se autorice al municipio -en cuya jurisdicción funciona el Mercado- a cobrarles impuestos a los concesionarios que trabajan allí, a ejercer el poder de policía municipal y obligar a los empresarios a adecuarse a las normas ambientales que rigen en el ámbito de la provincia y del municipio de La Matanza.
Cigogna y Aisa cuestionan en los fundamentos de su proyecto -ambos presentaron textos casi idénticos ante las cámaras de diputados de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires- absolutamente todo. Comienzan por la nota del entonces "ministro (del Interior) del gobierno de facto, doctor Guillermo Borda" -en los tiempos del dictador Juan Carlos Onganía- y luego se extienden en la descripción, calificando al Mercado de "elefante blanco", tachándolo de "vergüenza pública" y de "lugar de privilegio y evasión".
Para describir la situación, ambos legisladores, incluso, abundan en el antiguo arte de la adjetivación. Para ellos el Mercado es un "núcleo de competencia desleal para el conjunto de comerciantes y ciudadanos matanceros", a la vez que "su desarrollo -lamentablemente se ha basado en la evasión tributaria y el privilegio, de espaldas a la gente(de La Matanza, por supuesto)".
De todos modos, la única solución que proponen los parlamentarios es la incorporación de un representante de su municipio en el directorio de la Corporación, además de la posibilidad de cobrarles impuestos a los comerciantes que venden su mercadería en ese lugar. No se lee en su proyecto ninguna propuesta de trabajo que contenga cambios estructurales a una forma de comercialización que convierte al lugar en una "vergüenza pública". Tampoco aclaran que "el lugar de privilegio y evasión" es un centro de ventas mayoristas en el que se aprovisionan incluso los comerciantes de ese municipio, por lo que mal puede ser un "núcleo de competencia desleal para el conjunto de los comerciantes y ciudadanos matanceros", sino todo lo contrario.
Cigogna fue anteriormente socio de Ballestrini en su estudio de abogado y secretario de Gobierno del municipio durante la gestión de éste. Se lo describe como uno de los espadachines preferidos por el intendente matancero.
La pelea que Balestrini se dispone a encarar para "morder" una parte de los ingresos del Mercado, será claramente distinta en su metodología de la que encaró el anterior hombre fuerte del distrito, el ex presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Pierri. Con más alcance en sus políticas que su antecesor, Ballestrini apuesta a la negociación por los ingresos, en tanto que Pierri -años atrás- designó como director del Mercado a Juan Carlos Piris, que se limitó a incorporarse al sistema político que ahora sus coterráneos cuestionan con dureza.
En los tiempos de de la Rúa, cuando el presidente de la Corporación era el ex rugbier del CASI, Rodolfo "Michingo" O’Reilly, las negociaciones entre éste y el intendente de La Matanza fueron pródigas en asperezas, tanto que O`Reilly -para ponerle paños fríos a la disputa- estuvo a punto de recomendarle al Gobierno nacional que decretara la obligación de los comerciantes del Mercado de tributar la tasa por seguridad e higiene al municipio bonaerense.
El proyecto que ambos legisladores presentaron recién está recorriendo sus primeros pasos, pero quienes conocen los pasillos del Mercado Central aseguran que la batalla será dura, habida cuenta de que Ballestrini y su operador predilecto, Raúl Álvarez Echagüe, se lanzarán a fondo para recibir una suma que aumentará sensiblemente los ingresos del partido más poblado de la Provincia de Buenos Aires.